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La crisis de los Aguacateros de Peribán sacude al fútbol mexicano

Aguacateros de Peribán | Redes Sociales
Tiempo de lectura: 2 minutos

En un momento en que el fútbol mexicano necesita estabilidad y transparencia, el caso de los Aguacateros de Peribán ha encendido las alarmas dentro y fuera del campo.

Este equipo, con raíces profundas en Michoacán, enfrenta una situación crítica que involucra presuntas prácticas de lavado de dinero, evasión fiscal y violaciones a los estatutos de FIFA. La Federación Mexicana de Fútbol (FMF), encabezada por Ivar Sisniega, se encuentra ante un desafío que no puede ignorar.

Irregularidades que comprometen la integridad del deporte.

Pagos en efectivo y amenazas a jugadores. De acuerdo con fuentes cercanas al club, los jugadores de los Aguacateros de Peribán reciben sus salarios en efectivo, una práctica que no solo evade controles fiscales, sino que también genera un ambiente de incertidumbre y vulnerabilidad. Lo más grave es que varios futbolistas han denunciado haber sido amenazados por la directiva si se atreven a revelar las irregularidades que presencian a diario. Esta situación ha llevado a algunos de ellos a buscar apoyo en la Asociación de Jugadores, temiendo por su seguridad y su futuro profesional.

Dobles contratos: una violación directa a FIFA

Uno de los aspectos más delicados del caso es la existencia de dobles contratos, una práctica expresamente prohibida por los estatutos de la FIFA. Estos contratos paralelos no solo afectan la transparencia financiera del club, sino que también colocan a los jugadores en una posición legalmente comprometida. Muchos temen que, si la situación se hace pública, no solo podrían dejar de recibir sus pagos, sino también quedar vetados del fútbol profesional.

El papel de la FMF y el riesgo de sanciones internacionales

La responsabilidad de Ivar Sisniega y la FMF. La Federación Mexicana de Fútbol no puede permitirse mirar hacia otro lado. En un contexto donde la diplomacia deportiva es clave para mantener eventos internacionales como el Mundial, cualquier señal de corrupción o descontrol puede tener consecuencias graves. La FMF, bajo la presidencia de Ivar Sisniega, debe actuar con firmeza y transparencia para investigar y, en su caso, sancionar a los responsables.

La posible intervención de la FIFA

Si las denuncias continúan y no se toman medidas correctivas, el caso podría escalar hasta la FIFA, presidida por Gianni Infantino. Esto no solo pondría en riesgo la reputación del fútbol mexicano, sino que podría derivar en sanciones al club, a sus directivos e incluso a la federación. En un momento en que México se prepara para recibir el Mundial, este tipo de escándalos podrían empañar la imagen del país ante la comunidad internacional.

El futuro de los jugadores y del club

Bloqueo de oportunidades y miedo al silencio. Los jugadores que alguna vez vieron en los Aguacateros de Peribán una oportunidad para crecer profesionalmente, hoy se sienten atrapados. El club les prometió visibilidad y proyección, pero ahora los mantiene bloqueados y bajo advertencia. El miedo a represalias ha silenciado muchas voces, pero el malestar crece y las denuncias comienzan a salir a la luz.

¿Qué sigue para el fútbol mexicano?

La crisis de los Aguacateros de Peribán no es un caso aislado, sino un síntoma de problemas estructurales que deben ser atendidos con urgencia. La transparencia, la legalidad y la protección de los jugadores deben ser prioridades absolutas si se quiere preservar la integridad del deporte. La FMF tiene la oportunidad —y la obligación— de actuar antes de que el daño sea irreversible.

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