La Junta de Gobierno del Banco de México acaba de publicar su decisión de política monetaria, en donde el comité decidió dejar la tasa de referencia sin cambio en 4.5%, como ha permanecido más de tres años.
Desde nuestro punto de vista, el tono del comunicado que acompaña la decisión fue más hawkish con respecto al del pasado 20 de julio, pero aún así creemos que deja un sesgo neutral.
Cabe destacar que, en esta ocasión, la Junta de Gobierno comenta que “…se mantendrá atenta a la evolución de todos los determinantes de la inflación, dado que el comportamiento de estos podría hacer aconsejable ajustar al alza la tasa de interés de referencia…”, vis-à-vis en el comunicado anterior, en el que dijo “…se mantendrá atenta a la evolución de todos los determinantes de la inflación, dado que el comportamiento de estos podría hacer aconsejable ajustar la postura de política monetaria para hacerla más o menos restrictiva dependiendo del escenario que se presente…”
Creemos que esto refleja claramente que la Junta de Gobierno está más preocupada que antes por las renovadas presiones inflacionarias que hemos observado en las últimas semanas.
Sin embargo, en el mismo párrafo, el comité de política monetaria comentó que “…también se vigilará la evolución de la postura monetaria relativa frente a otros países, principalmente de los avanzados…”. En este contexto, consideramos que esto neutraliza los comentarios hawkish anteriormente mencionados, dejando el tono general del comunicado en “neutral”.
Hasta el momento, la reacción del mercado ha sido limitada, con movimientos al alza de 4pbs en las tasas de los derivados de TIIE de corto plazo (13×1 y 26×1), mientras que en el mercado de bonos M, prácticamente no se han registrado cambios.
Como conclusión, creemos que el comunicado de hoy reafirma nuestra convicción de que la autoridad monetaria de nuestro país dejará la tasa de referencia sin cambio por un periodo prolongado de tiempo. No obstante lo anterior, también consideramos que ahora será todavía más relevante poner atención a cualquier tipo de contaminación de las renovadas presiones inflacionarias en las expectativas de inflación de mediano y largo plazo, así como cualquier señal de presiones del lado de la demanda.