De acuerdo con estimaciones del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), dirigido por Manuel Molano, si introducimos maíz genéticamente modificado en al menos la mitad de la superficie habilitada para cultivar maíz (casi 7 millones de hectáreas), se obtendría un crecimiento del PIB en el sector agropecuario de hasta 8% en maíz y hasta 2% adicional en cadenas consumidoras como ganadería y cárnicos. Además, habría una reducción de hasta 12% en los precios del maíz, lo cual a su vez disminuiría los precios para los consumidores finales beneficiando a las familias de menores ingresos.
Los investigadores también señalan que nuestro país tendría una menor dependencia de la importación de maíz y otros granos, un mejor aprovechamiento de la tierra derivado de destinar menos superficie a la producción de maíz. Podría lograrse una contracción de la superficie agrícola, de hasta 50% en maíz, y cercana al 10% en otros cultivos. Asimismo, se lograría aumentar el bienestar de las familias ya que se incrementaría el ingreso disponible cercano al 1.2% para los más pobres en zonas rurales agropecuarias. El análisis está disponible en la siguiente liga: http://imco.org.mx/temas/