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Es Meade y no andaban despistados

Tiempo de lectura: 3 minutos

Por José Antonio Chávez

Desde la semana pasada se reforzó que  José Antonio Meade sería el candidato presidencial del PRI para suceder a Enrique Peña Nieto.

Ya no cayó como sorpresa el destape pues esa idea se fue diluyendo desde que los priistas de Enrique Ochoa dieron el banderazo de abrir el partido a externos. Ahí comenzó el proceso.

Ayer  se cumplió el ritual acostumbrado por los priistas, es decir el bueno acude a Los Pinos para recibir la bendición y, de ahí, a los sectores de las fuerzas vivas para que lo apapachen en una dinámica diferente a los anteriores destapes.

Desde el viernes la orden salió de Los Pinos a las centrales de la CNC de Ismael Hernández Deras, la CTM de Carlos del Olmo y la CNOP del senador, Arturo Zamora. Todos sabían que el lunes necesitaban recibir al aspirante.

El destape realmente fue hecho por el propio  Luis Videgaray, ante los embajadores, un hombre considerado el más fuerte de los cercanos al Presidente.

Si bien Peña Nieto salió a contener  el madruguete que sorprendió a propios y extraños del tricolor, dicen los que saben que no pierda de vista que pudo haber sido prefabricado en una simulación de suéltale los perros a ver que reacción se da.

Videgaray empujó fuerte a su amigo y pupilo Mead, lo arropó desde el inicio de esta administración pues venía del gobierno de Felipe Calderón donde fungió como Secretario de Hacienda. Lo posicionó en el gabinete como un  personaje fuerte y de su grupo.

Videgaray si bien aspiraba a la candidatura presidencial, después del error de la visita de Donald Trump, se  cayeron sus aspiraciones. Incluso fue separado del gabinete pero después con el triunfo de Trump, Peña lo regreso y, desde luego fue con mayor fuerza, el destape de Meade es la mejor prueba.

A partir de ahí fortalecieron la figura de Mead, un funcionario que no fue bien recibido en los priistas, sobre todo en los que grupos de los aspirantes presidenciales.

Ayer se concretó la cargada a su favor, el destape anunciado en Los Pinos no tuvo contratiempos y comenzó la pasarela. Falta ver ahora que pasara con los inconformes, o en desacuerdo, anote como ejemplo a la ex gobernadora de Yucatán, Ivonne Ortega.

Meade es un panista hoy con camisa priista, tiene amigos en ambos partidos y la prueba es precisamente la bancada de los rebeldes en el Senado que encabeza Ernesto Cordero, el mismo que fue jefe de Meade en la Secretaría de Hacienda.

Su destape empareja los cartones con el único y solitario candidato por tercera vez, Andrés Manuel López Obrador, basta ahora esperar el Frente a quien denomina, aunque dicen los que saben que no hay otro que su propio líder, Ricardo Anaya. Vamos a ver entonces si es que se cristaliza para ver que dice Miguel Angel Mancera.

Trazan ruta de turismo al 2040. Enrique de la Madrid dejó buen sabor de boca al empresariado turístico por el plan que presentó de los foros de consulta pública “Hacia una Política Turística de Estado con Perspectiva  2040”.

Es una estrategia que quiere marcar para los años venideros y trazar la ruta que los sexenios venideros puedan aplicar en esta materia de la industria sin chimenea.

En este sexenio se ha logrado colocar al turismo entre las generadoras de divisas más importantes del país y en consecuencia la apuesta por fortalecer esta industria como prioridad  de México.

El año pasado México recibió más de 35 millones de turistas extranjeros y hoy se colocó en el lugar siete como destino más importante del mundo, es decir el turismo se ha convertido en una base importante para el país.

Tal vez por eso el empresario hotelero, Pablo Azcárraga le reconoció públicamente el haber provocado detonar esta industria que  coadyuva enormemente en la economía de la Nación, pues se convierte en una generadora de empleo, inversiones y mayor captación de divisas después del petróleo y las remesas.