– El Senado aprobó el sábado en la madrugada su propuesta de reforma fiscal
– En esta votación en el Senado se eliminaron algunas diferencias importantes con la versión de la Cámara de Representantes, pero permanecen algunas discrepancias, particularmente con respecto al momento en que entraría en vigor el recorte a los impuestos corporativos
– El siguiente paso es un proceso de reconciliación de las dos propuestas para llegar a una sola versión que tendrá que ser aprobada por ambas cámaras
– Los republicanos podrán aprobar la propuesta sin la ayuda de los demócratas y vemos muy probable que esto suceda antes de que termine el año
– En nuestra opinión, la aprobación de la reforma no impulsará el crecimiento económico en EE.UU tanto como se espera, debido a que la economía ya está en pleno empleo
– La reforma podría empujar la inflación al alza y llevar al Fed a acelerar el ciclo de alza en tasas en 2018
– Para México puede implicar la creación de incentivos para que algunas empresas cambien su residencia fiscal a EE.UU.
– Este viernes 8 de diciembre, termina el plazo al que se extendió la operación del fondeo del gobierno a través de un continuing resolution
Aprobación a marchas forzadas. Durante la madrugada del sábado, el Senado en EE.UU. aprobó su versión de reforma fiscal con 51 votos a favor y 49 en contra, después de que el 16 de noviembre la Cámara de Representantes
aprobara su propia versión con 227 votos a favor y 205 en contra. Lo que sigue ahora es un proceso de reconciliación en un comité conjunto de ambas cámaras para llegar a una sola versión que tendrá que ser votada en ambas cámaras para después pasarla al ejecutivo para su promulgación como ley.
Diferencias clave en temas relevantes. Entre los temas en los que existen diferencias entre las dos propuestas está la vigencia de las exenciones en el caso de los impuestos corporativos (hasta 2022 según la propuesta de los
Representantes y hasta 2025 en la del Senado) así como la entrada en vigor de los recortes: La Cámara de Representantes propone desde el año fiscal 2018, que empezó el pasado 1o de octubre; mientras que el Senado propone los cambios para el año fiscal 2019, que iniciará en octubre de 2018.
De aprobarse en ambas Cámaras la versión reconciliada antes de que acabe el año, a lo que asignamos una alta probabilidad, algunas de las partes que la conforman entrarían en vigor desde el 1 de enero del próximo año.
Prácticamente la mayoría de ellas, con excepción del impuesto corporativo que de aprobarse bajo la versión del Senado bajaría de 35% a 20% hasta el 2019. Sin embargo, para las personas físicas, los efectos no se verían hasta que hagan su declaración de impuestos 2018 en los primeros meses del 2019. Cabe mencionar
que para la aprobación de una versión reconciliada, los republicanos tienen mayor margen, mientras que en el Senado deben obtener al menos 50 votos (siendo que cuentan con 52 asientos y los demócratas 48). En la votación para pasar la versión del Senado, sólo un Senador republicano votó en contra. Así que prácticamente no se necesita del apoyo de los demócratas para aprobar la reforma.
En nuestra opinión, el Congreso llegará a un acuerdo tan pronto como finales del año. Si bien existen muchas diferencias en torno a las deducibilidades, así como el momento en que entraría en vigor la reducción del
ISR corporativo de 35% a 20%, no vemos diferencias irreconciliables entre ambas versiones mientras que existe voluntad política por parte de los republicanos para sacar adelante este plan. No obstante, si bien los mercados
están tomando muy bien la reforma fiscal en EE.UU a nosotros nos preocupa dos cosas: (1) El impulso a la actividad económica podría ser limitado dado que la economía está en pleno empleo y puede ser que resulte sólo en un impacto al alza sobre la inflación y que esto haga que el Fed tenga que subir tasas más rápido y a niveles más altos de los que se anticipaban; y (2) el impacto sobre la economía mexicana
Impacto negativo para la economía mexicana. Consideramos que la reforma fiscal en EE.UU. es un riesgo importante para la economía mexicana ya que puede implicar la creación de incentivos para empresas que declaran impuestos en México, en donde la tasa es de 30%, a que cambien su residencia fiscal a EE.UU para pagar una menor tasa. Si bien dependerá de la tasa efectiva que pagan las empresas en México después de la última reforma fiscal, las
deducibilidades disminuyeron significativamente, por lo que la tasa efectiva aumentó a niveles cercanos a la tasa de 30%. En este contexto, se requerirían cambios fiscales en México tan pronto como el año que entra. El problema es
que existe poco margen de maniobra por tres temas en particular: (1) En nuestro país ya hay vigente una Ley de Ingresos para 2018; (2) la reducción de los impuestos corporativos podría plantear un problema de ingresos tributarios en general, por lo que eventualmente se tendría que compensar con medidas como la generalización del IVA en alimentos y medicinas; y (3) el año que entra tendrán lugar elecciones por lo que será un tema que no se podrá sino hasta después de las elecciones, ya sea esta administración o la siguiente.
Este viernes 8 de diciembre, termina el plazo al que se extendió la operación del fondeo del gobierno a través de un continuing resolution. . No obstante, en el Congreso se está discutiendo un recurso adicional para mantener
al gobierno operando por dos semanas más (hasta el 22 de diciembre) en lo que se llega a un acuerdo sobre otros temas. En la Cámara de Representantes, los republicanos podrían pasar esta extensión sin la necesidad de votos de los demócratas. Sin embargo, en el Senado se requieren 60 votos para su aprobación. Entre los temas que se espera se incluyan en el presupuesto están los fondos destinados a la reconstrucción de los daños causados por los
huracanes y nuevo financiamiento para el programa de salud de menores. Asimismo, los demócratas han estado presionando para que se dé protección a los inmigrantes conocidos como Dreamers. Las tensiones se han incrementado entre los demócratas y el Presidente Trump y las probabilidades de que no se llegue a un acuerdo han aumentado.