La pérdida de un ser querido puede aumentar el riesgo de infarto, un día tras la muerte de un ser querido el riesgo se incrementa 21 veces, en el transcurso de la primera semana el riesgo es seis veces mayor de lo normal, de acuerdo a investigadores que estudiaron datos de casi dos mil pacientes acerca de riesgos cardiovasculares.
“El duelo extremo puede provocar infartos”, asegura el Dr. Murray Mittleman, Director de la Unidad de Investigación en Epidemiología Cardiovascular del Centro Médico Beth Israel Deaconess y de la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard, en Boston, líder de la investigación.
“Durante al menos un mes el riesgo continúa elevado”, añadió.
El estrés y la ansiedad de perder a alguien cercano pueden provocar procesos biológicos que dañan el corazón, explica Mittleman.”Pueden causar una respuesta fisiológica, con un aumento en la tasa cardiaca y la presión arterial aumentando el riesgo de sufrir un infarto”.
Si el individuo en duelo desarrolla síntomas físicos inusuales, “no suponga que es solo estrés y ansiedad. Quizás sea un infarto, y hay que tomarlo muy en serio”, advirtió Mittleman. El informe aparece en la edición en línea del 9 de enero de la revista Circulation.
El equipo de Mittleman recolectó datos sobre supervivientes de ataques cardiacos que participaron en un estudio de varios centros entre 1989 y 1994. Poco después de tener un infarto, preguntaron a los pacientes acerca de las circunstancias del mismo y si habían perdido a un ser querido en el último año.
De acuerdo a las respuestas, los investigadores concluyeron que el riesgo de sufrir de un ataque cardiaco aumentó 21 veces un día después de la muerte, se redujo a seis veces en la primera semana, y siguió en descenso durante el primer mes.
Los investigadores señalaron que el riesgo absoluto de sufrir un ataque cardiaco en la primera semana tras la muerte de un ser querido variaba de 1 en 320 para los que ya tenían un riesgo alto de ataque cardiaco a 1 en casi 1,400 entre los que tenían un riesgo bajo. Mittleman señaló que ni la edad ni el sexo afectaban el riesgo.
Investigaciones anteriores han encontrado que los viudos de ambos sexos en luto tienen un mayor riesgo de morir en los meses siguientes tras la muerte del cónyuge, y la enfermedad cardiaca y el accidente cerebrovascular dan cuenta de hasta el 53 por ciento de esas muertes entre los dolientes.