Por Igor de Maack, gestor de fondos y vocero, DNCA, filial de Natixis IM
Ojo por ojo, diente por diente -así reza ahora el mercado. Incluso la decepción más mínima se sanciona. Netflix (-5%) y posterior y, más dramáticamente, Facebook (-19%), se convirtieron en víctimas de la ira de los inversionistas que llevan ya demasiado tiempo soñando con un crecimiento inmutable, especialmente en las acciones del sector tecnología. En Europa, luego de un inicio titubeante y de reportes corporativos de ganancias promedio, se registró un reequilibrio después de los robustos resultados de Total, Telefónica, Carrefour y Capgemini entre otros. Por ahora, nada apunta a una considerable desaceleración económica, incluso si la volatilidad del tipo de cambio y el aumento en los precios de las materias primas se han cobrado con las cuentas de ciertas empresas internacionales.
Esto no ha evitado que los inversionistas continúen saliendo de Europa (los flujos al exterior registran su 20a semana consecutiva). También aquí aplica la ley del Talión. Mientras Europa no haya restaurado el rumbo hacia la estabilidad política y el pronóstico sobre el aumento en las ganancias no se haya confirmado para el 2018, los inversionistas seguirán huyendo de la zona. Lo contrario también es cierto en EEUU. Durante la semana pasada, las estrategias de cotización de renta variable en EEUU registraron los ingresos más altos de las últimas tres semanas (US $3.8 mil millones), llevando los ingresos en renta variable estadounidense a más de US$52 mil millones desde el inicio del año. La calma entre Europa y EEUU posterior a la reunión entre Donald Trump y Jean-Claude Juncker debería dar estabilidad a los mercados… hasta el próximo tweet y la siguiente amenaza. El verano no es necesariamente la mejor época para tomar decisiones muy significativas en los mercados. Después de tres meses de un desempeño pobre y extendido, la elección de las acciones y la gestión del valor podrían recuperarse a partir de la fortaleza de ganancias mejores a lo esperado y descuentos en el valor de los activos. Las proyecciones conllevan cautela y el pesimismo en el entorno impulsado por las confrontaciones por el intercambio comercial actúa como un blindaje. Sin embargo, el rumbo de la economía continúa y la situación actual de las tasas ha evitado que podamos elegir una solución segura que genere rendimiento.