Por José Antonio Chávez
El gobierno federal deberá actuar rápido para normalizar el abastecimiento de gasolina porque los niveles de descontento están comenzando a subir de tono.
Naturalmente que acabar con el robo de gasolinas, es una buena estrategia y más que aceptada por cualquier persona, pues se trata de cortar la ordeña al huachicol, de abajo y de arriba, pero los costos políticos se están elevando porque los usuarios están que echan chispas, y no solo los que son oposición, no, también muchos de los que votaron por el propio AMLO.
Si bien hay entidades más afectadas como Guanajuato, también le duele, y mucho a los de la Ciudad de México que ahora han tenido que salir a sumarse a ese pánico anunciado para buscar surtir gasolina.
Son horas de espera y formados en largas filas que ni soñando se pensó que en esta gran ciudad capital de México se pudiera presentar.
Es una realidad que tal vez sea benéfica para el gobierno y pueda salpicar el propio pueblo, pero que está desencadenando un problema de enojo al común y corriente, incluso al apolítico que nada tiene que ver con los colores de partidos.
Para nadie es secreto que atrás de estos sabotajes, como llamó el propio Presidente, estén los mismos del sindicato petrolero de Carlos Romero Deschamps que hoy se sienten afectados al arrebatarles el gobierno el control del suministro de ductos y su monitoreo. Vaya la apertura y cierre de válvulas con horarios, rutas y más.
Quién que este cuerdo no sabe que esos poderosos sindicatos están acostumbrados a comer con manteca. Viven bien y les gusta vivir bien. La paraestatal PEMEX es una mina de oro negro que su nobleza ha permitido, incluso un saqueo ancestral y todavía este hoy este medio viva.
Esas largas filas ahora se pueden convertir en votos en contra, es enorme la irritación y el enojo, pero más grave que pueda desatar una escalada de incrementos a los productos en general, sobre todo de primera necesidad.
Incluso se pueda generar el desabasto de mercancías en un retraso natural de entrega para surtir, sobre todo del renglón de perecederos. Sin gasolina no hay como transportarlos a tiempo.
Naturalmente que esta irritación prendió focos rojos en el senado que lidera Ricardo Monreal y la Cámara de Diputados de Mario Delgado, pues los grupos parlamentarios del PRI y del PAN están que echan lumbre contra el Presidente de México por la falta de una buena estrategia que no afectara a los mexicanos.
Por eso las razones del gobierno federal de eliminar esas mafias que mantenían controlado el sector petrolero, desde años y muchos años es aplaudida sin duda, y ahora que dio ese paso tan importante tiene un problema encima si no logra normalizar lo más pronto posible, pues el pueblo sabio se le puede enojar.
Capella, brazo ejecutor para destrozar Playa del Carmen
En Quintana Roo parece que su gobernador Carlos Joaquín no ha logrado digerir la derrota que le propinaron los de Morena en su estado.
Misteriosamente arreció una campaña de golpeteo y desprestigio contra personajes de Morena, principalmente contra la alcaldesa de Playa del Carmen, Laura Beristain que le arrebató al gobernador ese municipio que es su cuna y bastión político.
Se registra precisamente en la antesala del año de elecciones para conformar el nuevo Congreso de diputados y quieren la mayoría.
Como ocurre en los estados, el gobierno que lleva mano tiene ventaja que generalmente utilizan para aplastar a sus adversarios, por eso se puede entender que en Playa del Carmen culpa a la alcaldesa de la violencia que azota, no solo en su municipio, sino en el estado y que incluye también Cancún cuando es su responsabilidad reforzar la seguridad con su policía estatal.
Para nadie es secreto, la represalia contra ese partido que les ganó las tres diputaciones federales, la fórmula al Senado con Marybel Villegas y los municipios más importantes en la generación de divisas del país, Playa del Carmen, Cancún y la capital Chetumal.
El encargado de hacer el trabajo sucio, bueno anote al propio Secretario de Seguridad Pública, Alberto Capella el mismo que salió por cuerdas de Morelos ante la llegada de Cuauhtémoc Blanco que lo quería encarcelar, pues no se olvida cuando gobernó Cuernavaca que nomás no lo dejaba a sol y sombra.
Hoy es el brazo ejecutor de Carlos Joaquín para destrozar la imagen de Playa del Carmen y echar la culpa que el municipio es el responsable de la violencia. Buscan generar una percepción negativa de ese partido por las elecciones venideras y están utilizando como argumento que la violencia es porque la alcaldesa Beristáin se opone al Mando Unico.
En esos atropelladas declaraciones de maltratar Playa del Carmen, parece que no importarles que es ahí junto con Cancún que gobierna Morena con Mara Lezama, son el corazón de la principal generación de divisas en la industria sin chimeneas.
Ahora basta recordarles que Alfonso Durazo como mandamás de la secretaría Seguridad Pública del país, no está nada contento con estos jaloneos que sufren esos municipios.
Son los generadores número uno del turismo y los destinos con mayor aceptación con su Riviera Maya, que han sido piezas claves para colocar a México entre los diez destinos turísticos más importantes del mundo.
No pierda de vista que el propio Miguel Torruco, de Sectur, busca detonar con el Tren Maya; con la conectividad de más aerolíneas extranjeras y nacionales, sus bellezas naturales, tanto de sol, arena, mar, su cultura y gastronomía y, obviamente apostar por la materia prima que es la hospitalidad de su gente. Entonces parece que a don Carlos le aplica que la lucha por el poder, al costo que sea.