Por Axel Botte, Estratega Global de Ostrum Asset Management
La economía china atraviesa por freno repentino
La epidemia de coronavirus sigue siendo el tema más comentado en los mercados financieros. Los mercados de activos de riesgo, sin embargo, se han estabilizado antes de reanudar su repunte. El índice S&P 500 efectivamente está cotizando cerca de máximos históricos. La mejora en el ánimo de los inversionistas contribuyó a un repunte en el rendimiento de los bonos. La cuarentena impuesta en diversas regiones chinas tarde o temprano tendrá un enorme impacto en las cadenas de suministro globales. El accidente nuclear en Fukushima de 2011, por ejemplo, generó disrupciones en la producción global del sector automotriz ya que los componentes clave se producían en empresas japonesas de dicha región. El suministro de proveedores alternativos es de suma importancia para las empresas multinacionales. La economía china está en un coma que durará hasta que la epidemia alcance su punto máximo. Algunas pérdidas en la producción en el sector servicios no podrá recuperarse y las bancarrotas podrían incrementar. El sector de la construcción y manufactura deberá repuntar a partir de los niveles en 2T 2020. El crecimiento anual podría alcanzar apenas un 5% en el 2020. En este contexto, el acuerdo comercial firmado con EEUU podría no respetarse. El recorte a la mitad de los aranceles a China en productos estadounidenses por un valor de US $75 mil millones podría ser una compensación anticipada para una posible falta de cumplimiento con las compras pactadas.
El consumo de petróleo de China está llegando a cerca de 20% por debajo de los niveles normales. La demanda china por materias primas se hunde en tanto que China representa aproximadamente la mitad de la demanda mundial por metales industriales. Australia está entre los países más expuestos a un impacto en términos comerciales. Además, los turistas chinos gastan casi US $250 mil millones al año, el doble que el total de EEUU. La caída en la demanda tendrá un gran impacto en el transporte y el sector de bienes de lujo al reducir el ingreso de las tiendas en aeropuertos, por ejemplo.
Crecimiento sólido en EEUU
En EEUU, las encuestas apuntan a una mejora en la manufactura. El índice de servicios ISM tuvo resultados sólidos en enero. El mercado laboral permanece bastante fuerte. La generación de empleos se elevó en enero a ganancias netas de 225,000 ayudando a mantener baja la tasa de desempleo, en 3.6%. El repunte en la inversión residencial y el reequilibrio del balance comercial de energía compensan la mediocre inversión empresarial en equipo. Además, el crecimiento se debilitó en el año e incluso cuando las encuestas sugerían un repunte en la actividad. La crisis del coronavirus tiene el potencial de extender la actual recesión en la manufactura en la zona euro.
Mercados impulsados por la liquidez
El giro tan drástico en los mercados financieros podría indicar una complacencia entre los inversionistas dados los riesgos que destacamos anteriormente. El alza en el precio de los activos es probablemente un derivado de la flexibilidad monetaria que buscan los bancos centrales. El Banco Popular de China recién añadió liquidez al sistema financiero, lo cual aumentó la presión al alza sobre el Renminbi (cerca de 7 ante el dólar) desde la firma del tratado comercial con EEUU.
De hecho, el rendimiento de los pagarés de EEUU a 10 años apenas reaccionó a los sólidos datos laborales y a resultados más altos del ISM. El rendimiento a 10 años se revirtió al rango del 1.60%, en línea con la tasa de recompra de la Fed. La baja en el desempeño de los bonos a 5 años es típica de una reducida aversión al riesgo. El ajuste en los diferenciales 10s30s refleja parcialmente la decisión del Tesoro de los EEUU de retrasar la emisión de nuevos bonos a 20 años para mayo próximo. Los flujos finales de los inversionistas en los mercados de bonos de EEUU favorecieron al MBS por encima de los créditos bancarios recientemente, ya que las tasas a 3 meses del LIBOR declinaron al rango del 1.75%. Señales de un repunte en los precios de la vivienda residencial promovió la inversión en los valores respaldados por hipotecas a pesar de la continua y gradual reducción en las tenencias de MBS de la Fed. La caída en los precios del petróleo (WTI $50) causó una reducción en la demanda de bonos ligada a la inflación. Los riesgos inflacionarios podrían no obstante estar subestimados actualmente, ya que las tasas de inflación en los vencimientos a 10 años permanecen bajas a 165 puntos base. Los diferenciales emergentes ya eliminaron parte de su expansión de enero a pesar de una persistente presión para los emisores de alto rendimiento (Líbano, Argentina, Ecuador…). En la zona euro, la actual volatilidad en el crédito IG en euros y los diferenciales soberanos es básicamente nula. Los diferenciales de los bonos corporativos con grado de inversión se ajustaron en 2 puntos base a 91 puntos base del año a la fecha. Los inversionistas institucionales enfrentan la escasez de alternativos y crédito IG.
Los diferenciales soberanos son comparables a los ajustes de noviembre (cerca de 133 puntos base en los BTPs a 10 años). La emisión continúa atrayendo una sólida demanda. El rendimiento del Bund alemán se elevó en 5 puntos base (-0.39%) la semana pasada, pero se mantiene en cerca de 20 puntos base más abajo del cierre del año pasado. Además, la correlación entre las tasas de EEUU y Europa se elevó a lo largo del reciente periodo de mayor volatilidad.
En los mercados de renta variable de EEUU, el S&P 500 sigue impulsado todavía por los pesos pesados del sector tecnológico y parece imbatible tanto que la temporada de reportes resultó ser mejor de lo esperado fuera de los sectores relacionados con la energía y las materias primas. El bajo nivel de las tasas es una bendición para las fibras y las paraestatales. Además de una falta de oportunidades atractivas en activos alternativos, el miedo a perder (FOMO, por sus siglas en inglés) en el próximo movimiento de precios al alza ha llevado a los inversionistas a conservar sus posiciones en renta variable a largo plazo. La experiencia de 2019 sigue de hecho en la mente de casi todos los inversionistas. Las ganancias agregadas han ido descendiendo en hasta 4% anual al 4T19 de acuerdo con los resultados a la fecha (158 publicaciones de 440 acciones europeas). Además de los recursos en energía y básicos, el sector de bienes de consumo ha mostrado algo de debilidad en el impulso de las ganancias.