Cualquier avance en la reforma energética deberá traducirse en mayores inversiones en los estados.
Fíjese que este fin de semana arrancó la operación comercial de la planta de cogeneración de Nuevo Pemex en Tabasco que representa el proyecto más grande de su tipo en América Latina.
Me refiero a una planta que atenderá la demanda de energía eléctrica de 190 centros de trabajo de Pemex, y que de paso permitirá un ahorro de aproximadamente 152 millones de dólares por año para la paraestatal.
Pero como le digo, un aspecto que no es menor es el impacto en la economía regional, ya que representó una inversión de casi 6 mil 500 millones de pesos a partir de la construcción de una planta con capacidad de 300 megawatts de energía eléctrica y hasta 800 toneladas por hora de vapor, con alta eficiencia y confiabilidad.
Se trata de un proyecto único en Latinoamérica, de ahí que en su inauguración estuvieron además del director de Pemex, Emilio Lozoya Austin; el gobernador de Tabasco, Arturo Núñez Jiménez; el titular de la Semarnat, Juan José Guerra; y el director general de Banobras, Alfredo del Mazo.
En cuanto a su estructura de financiamiento le puedo decir que consideró 36.5 por ciento de aportación de capital por parte de los socios Abengoa Cogeneración Tabasco (ACT) y 63.4 por ciento a través de un crédito sindicado, concedido a ACT, gestionado por Banobras, y en el cual esta institución participó con el 47.8 por ciento del total, lo que equivale a 220 millones de dólares.
Para el director general de Pemex Gas y Petroquímica Básica, Alejandro Martínez Sibaja, la capacidad de producción de esta planta equivale al 11.2 por ciento del total de la electricidad generada vía cogeneración en el país, al 14 por ciento de la capacidad total instalada de generación de electricidad en Petróleos Mexicanos y al 60 por ciento de la demanda máxima de electricidad de la zona conurbada de la ciudad de Villahermosa, Tabasco.
Sobra decir que la planta en cuestión representa un avance significativo para Pemex en su camino hacia la autosuficiencia eléctrica, además de mejorar los costos de operación por concepto de energía eléctrica y vapor.
De ahí que la negociación de la reforma energética, que como sabe se dará en la segunda parte del año, seguramente se habrá de traducir en inversiones con un impacto muy positivo en varias entidades operativas como motor de desarrollo.
En términos de rentabilidad económica, para Pemex representa un valor presente neto de 306 millones de dólares y una tasa interna de retorno de 18 por ciento.
Y bueno, por lo que se refiere al impacto ambiental, su operación reducirá las emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera en aproximadamente 940 mil toneladas anuales de dióxido de carbono (CO2), debido a que el proceso de cogeneración resulta más limpio y eficiente, además que saldrán de operación equipos de generación eléctrica menos eficientes.
