Por: Miguel Tirado Rasso
Así como a Superman, ese personaje de historietas (DC Comics), súper hombre y súper héroe que lucha contra el crimen y abate el mal, sólo la kryptonita lo puede debilitar, para el presidente de los EUA, Donald Trump, el de “Hagamos a América (EUA), grande otra vez,” el Covid-19 se convirtió en su peor kryptonita, al lograr lo que ni sus errores, mentiras y excesos habían podido: afectarlo en las preferencias electorales y, a sólo 19 días de la elección presidencial.
Por una parte, el mal manejo de su administración en el enfrentamiento a esta pandemia, que ha colocado a los EUA, como el país con más muertos y contagios en el mundo, arriba de 200 mil fallecidos y más de 7 millones de infectados, constituye una de las principales críticas contra su gobierno, y que, quizás, sea lo que más daño le ha causado en su carrera hacia su reelección. Para colmo, hace menos de dos semanas, le habría sucedido lo que jamás hubiera imaginado Trump que le pasaría, diagnosticar positivo al virus.
En un contexto informativo, entre sigiloso y confuso, el pasado dos de octubre, se daría a conocer que el presidente había sido hospitalizado para ser tratado contra el Covid-19. Al estilo Trump, y sus imprescindibles twitters, el propio mandatario escribiría: ”Creo que estoy muy bien, pero vamos a asegurarnos que todo salga bien”. Para su tratamiento se le internó en el Centro Médico Militar Nacional Walter Reed, administrándole Regeneron, un coctel de anticuerpos experimental que, según se informó, puede dar inmunidad durante unos meses. A los tres días, el neoyorquino dejó el hospital.
La noticia del contagio de Trump, golpeó a las principales bolsas de valores del mundo que abrieron a la baja ese día, además de registrarse una caída en el precio del petróleo. A la preocupación, ya existente por la incertidumbre política que prevalece en torno a una elección presidencial inusual, accidentada e incierta, habría que añadir la afectación en la salud del mandatario, lo que acabó de inquietar a los mercados financieros internacionales, que han optado por la cautela.
La alteración en la salud del hombre de la Casa Blanca, también impactó, de alguna manera, las encuestas sobre las preferencias electorales, para beneficio del candidato demócrata Joe Biden, que mantiene una cierta ventaja sobre su contraparte en estados cruciales y determinantes en la carrera para el colegio electoral como son Florida, Pensilvania, Ohio, Nevada, Michigan, Iowa y Wisconsin.
Ante este panorama, el presidente Trump apuró su alta médica y reapareció en público, 9 días después del anuncio de su contagio. En un ambiente de rumores sobre su pronta recuperación, el mandatario declaró ser inmune al coronavirus, “tal vez de por vida,” y recomendó no temerle al covid-19. Comentario que inquietó y molestó a los científicos, especialistas y personal de salud. Según The New York Times, Trump había planeado mostrarse débil y frágil al principio de su primera aparición pública para luego abrirse la camisa y mostrar bajo ella el símbolo de Superman, aunque luego desistió de la idea. Seguramente en la valoración de esa estrategia, pesó la Kryptonita.
No obstante el desbordante optimismo del presidente norteamericano sobre su recuperación, su médico, Sean Conley fue ambiguo en la información sobre su evolución, por lo que quedó una sombra de duda sobre los riesgos de contagio del mandatario. La falta de precisión sobre la fecha de su infección, preocupó por su exposición pública y contactos propios de la campaña. Por lo pronto, ante la decisión de realizar el próximo debate presidencial de manera virtual, Donald Trump se negó a participar, si no era presencial. Su competidor, Joe Biden, a su vez, se opuso a asistir a uno presencial. Y, en esas condiciones, el debate programado para este jueves 15, en Florida, se canceló. Queda pendiente, entonces, el tercer debate que tendrá lugar en Nashville, Tennessee, el 22 de octubre.
A estas alturas, el candidato demócrata aventaja al republicano por 10.2 puntos porcentuales, en el voto popular, según el promedio de encuestas de Real Clear Politics (RCP); sin embargo y, conforme al sistema electoral de los EUA, de sufragio indirecto, lo importante es ganar cada estado para alcanzar la mayoría de los votos del colegio electoral, que ascienden a 538. El que logre 270, será el próximo presidente de la Unión Americana.
