Natixis
A menos poco más de una semana de las elecciones estadounidenses, las encuestas apuntan a una victoria de Biden, aunque no se puede descartar un regreso de Trump. A continuación, analizamos los diferentes resultados potenciales y lo que podrían significar para los mercados.
La Oleada Azul
Las encuestas no solo apuntan cada vez más a una victoria de Biden, también indican una creciente probabilidad de que una oleada azul: que los demócratas ganen la Casa Blanca, el Senado y la Cámara. En términos de las encuestas nacionales que representan el voto popular, Joe Biden tiene una ventaja de ~ 10 puntos sobre Donald Trump. El Colegio Electoral es, por supuesto, la parte que realmente importa, y las encuestas en los estados con un voto reñido apuntan a un margen menor, de ~ 4 puntos. Si los demócratas se quedan con el Senado, todavía queda la cuestión de una mayoría lo suficientemente grande, pero lograrían una mayoría en las tres cámaras, lo que les permitirá aprobar fácilmente prioridades políticas y generar un cambio significativo para EEUU y globalmente.
Por lo general, se considera que los republicanos son más favorables a los negocios, pero en el entorno actual, el asunto principal es el gasto. De hecho, el tema más urgente para los mercados es el estímulo fiscal. En este momento, parece poco probable que se logre un acuerdo antes de las elecciones, por lo que una posible oleada azul implica una espera más larga, pero un paquete fiscal mucho mayor. De hecho, Biden y los demócratas están hablando de ~ US 2.0 -2.5 billones en estímulo adicional, y otros ~ US 3 billones de gasto en infraestructura, atención médica, educación y clima en los próximos años. Además, las preocupaciones habituales sobre la deuda y el déficit se han desvanecido en medio de la pandemia mundial, por lo que, si bien puede haber alguna preocupación, en algún momento, sobre cómo pagar, los mercados están enfocados en lo positivo por ahora.
Por el contrario, la preocupación por los mercados radica en los impuestos. Biden ya ha declarado que tiene la intención de aumentar la tasa impositiva corporativa del 21% al 28% (a la mitad del nivel de recorte fiscal antes de Trump), con una tasa impositiva mínima del 15%, y aumentar los impuestos sobre los ingresos al extranjero. En general, se estima que estas medidas probablemente reduzcan entre 9% y 10% las ganancias del S&P500. Si bien existen algunas expectativas del mercado de que estos impuestos podrían retrasarse, creemos que es poco probable, ya que la cantidad de gasto que Biden ha planeado requerirá financiamiento y los demócratas no querrán aumentar los impuestos justo antes de las elecciones de medio período y esperar hasta 2022. Creemos que algunas de estas expectativas de aumento de impuestos ya se han descontado, aunque no al 100%.
Además, parece haber optimismo en torno a las relaciones entre Estados Unidos y China con la administración de Biden. Sin embargo, creemos que no se justifica del todo, ya que las relaciones continuarán siendo tensas. Es cierto que las relaciones podrían ser más fluidas y habría menos incertidumbre en términos de tweets aranceles. Además, es probable que se reduzcan los aranceles, ya que Biden los considera perjudiciales para el sector agricultura local. No obstante, la Guerra Fría tecnológica no es un tema partidista y las tensiones persistirán independientemente de quién gane la Casa Blanca. Biden probablemente utilizará un enfoque más multilateral y obtendrá el apoyo de sus contrapartes europeos, pero la presión ha llegado para quedarse.
Dicho esto, no nos preocupa el sector tecnológico por ahora. Es probable que el reciente anuncio antimonopolio de los demócratas avance muy lentamente, y no creemos que el tamaño de estas empresas sea la preocupación inicial de Biden. Posiblemente surgirán más regulaciones y el tema de la privacidad, pero no prevemos una desintegración de estas empresas. De hecho, esperamos que la tecnología, así como la atención médica, sigan siendo los ganadores seculares.
Si bien los mercados se están preparando para este escenario, no lo vemos completamente descontado en este punto.
Las expectativas de un presidente más tradicional y menos impulsivo serían bienvenidas, pero persistirán las dudas sobre políticas e impuestos. Las perspectivas de crecimiento para 2021 veran un impulso y la “reapertura del comercio” ganaría velocidad, apoyando al segmento cíclico, aunque, a menos que la curva de rendimiento se empine de manera significativa, es poco probable que se trate de un cambio estructural a largo plazo.
Es probable que los rendimientos aumenten en función de las expectativas de gasto, elevando las expectativas de inflación, aunque esperamos que, en última instancia, sigan limitados por la Reserva Federal. No obstante, si los rendimientos aumentan demasiado y muy rápido, los mercados de valores podrían tener dificultades.
Status quo
Las encuestas y las proyecciones de los mercados indican que una Oleada Azul es el escenario más probable, pero el Presidente Trump podría retener la Casa Blanca y el partido Republicano podría retener el Senado, manteniendo un Congreso dividido y el actual estancamiento político. En este contexto, los mercados podrían estar preocupados por los estímulos fiscales, pero probablemente lograríamos ver el paquete fase 4 este año, aunque en la escala que se negocia actualmente, ~US 1.5 -1.8 billones.
Desde una perspectiva del mercado, este resultado no cambiaría materialmente la perspectiva. La preocupación por China podría resurgir y el Presidente Trump podría aprobar medidas adicionales, elevando la volatilidad. Pero los rendimientos seguirían bajos, el apoyo del banco central se extendería y la rentabilidad de las empresas tendría mejores pronósticos con los impuestos bajos actuales y pocas perspectivas regulatorias.
Dividido, pero invertido
Con mucha competencia reñida en el Senado, los republicanos podrían retener la mayoría mientras Biden gana la presidencia. Por tanto, estaríamos en una situación similar a la de hoy, con un Congreso dividido. En este escenario, el Senado bloquearía los mayores planes de gasto de los demócratas, aunque se esperaría un paquete fiscal. También sería probable que se un tipo de inversión en infraestructura, ya que este tema ha obtenido apoyo partidista. Una vez más, creemos que la reacción del mercado sería relativamente moderada, ya que las tendencias más extremas de ambas partes estarían bajo control.
En el peor de los casos
En nuestra opinión, el peor escenario para los mercados sería un segundo mandato del presidente Trump, pero una barrida en el Congreso, que dé a los demócratas el poder de bloquear casi todas las políticas de Trump y estableciendo una situación de estancamiento / veto afectaría bastante con muchas órdenes ejecutivas. Las preocupaciones sobre el estímulo fiscal y China permanecerían en la mente de los inversionistas, elevando la incertidumbre y la volatilidad.
Escuchando a través del ruido
Si bien una oleada azul parece ser más probable hoy, muchos otros escenarios podrían materializarse. De hecho, no hemos discutido un escenario electoral controvertido, porque creemos que es menos probable de lo que sugieren la prensa, pero una incertidumbre prolongada, por supuesto, influiría en los mercados a corto plazo. Sin embargo, en última instancia, vemos más allá de las elecciones y creemos que los apoyos para los activos de riesgo a mediano plazo no dependen por completo del resultado de las elecciones.
En efecto, esto es lo que creemos que importará: un próximo estímulo fiscal, algo mayor con los demócratas, pero que independientemente podremos ver. Los bancos centrales seguirán siendo muy flexibles por mucho tiempo, con expectativas de compras de activos adicionales por parte del Banco Central Europeo y el Banco de Inglaterra, y posiblemente de la Reserva Federal si las expectativas de inflación no aumentan (esto probablemente dependerá de cuánto gasto fiscal se anuncie a principios del próximo año). Hay mucho dinero en efectivo al margen y las expectativas de ganancias para 2021 son sólidas.
Si bien la pandemia no está bajo control, las expectativas de vacunas y tratamiento para el próximo año están mejorando y la recuperación económica continuará, aunque de manera desigual. Como tal, seguimos siendo constructivos con respecto a los activos de riesgo y analizando la posible volatilidad a corto plazo en las próximas semanas.