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Corporativo

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Rogelio Varela-

El 42 por ciento de las escuelas en México no tiene acceso a drenaje, según la Comisión Nacional de Derechos Humanos

Educación sin rumbo

Aunque el regreso a las aulas está supeditado al avance en la vacunación hay otras asignaturas que tendrían que vigilar las autoridades.

En la parte de la vacunación el presidente Andrés Manuel López Obrador ha insistido en que habrá prioridad para los maestros, pero no ha dicho nada de los trabajadores que laboran en las escuelas y no son parte del personal docente que también pueden contagiarse de COVID-19

Tampoco se ha definido si esa vacunación incluirá a las escuelas privadas, ojalá que la secretaría de Salud de Jorge Alcocer Varela no incurra en el mismo error presentado con la vacunación del personal sanitario donde solo se ha inoculado a una parte de los médicos y enfermeras del sector público, y no se ha querido vacunar al personal sanitario de hospitales privados y farmacias.

Sin embargo, la parte medular del regreso a las aulas estará en las decisiones que tome la secretaría de Educación Pública (SEP) de Delfina Gómez Alvarez.

Como es público la infraestructura de las escuelas públicas adolece en gran medida del acceso a agua y lavabos que permitan a niños y jóvenes cumplir con el lavado de manos que sería una regla sanitaria básica para frenar algún contagio.

Mejorar las condiciones de las escuelas requiere una inversión de varios miles de millones de pesos que no aparece en el Presupuesto de Egresos de Federación de 2021, y que como imaginará, ya debería estar en marcha si se quiere regresar a clases presenciales antes que concluya el periodo escolar 2020-2021.

Otro elemento no menor es un incremento esperado en la matrícula en las escuelas públicas.

Apenas la semana pasada el INEGI presentó los resultados de una encuesta que revela que más de 5 millones de niños y jóvenes dejaron el sistemas escolar en la crisis sanitaria, y parte de ello se debe a que miles de familias ya no inscribieron a sus hijos en las escuelas privadas.

Ha llamado la atención que la titular de la SEP no ha realizado comentario alguno de esa encuesta que en una de esas arrojará una cifra mayor.

Y bueno, en la parte aprendizaje es donde el reto es mayúsculo. La autoridad federal ni por esbozo ha referido la posibilidad que se realice una gran prueba diagnóstica para determinar que avances lograron los estudiantes con el Programa Aprende en Casa que incluyó contenidos para educación preescolar, primaria y secundaria, además de módulos para bachillerato.

Es decir, los estudiantes regresarían a las aulas a ciegas y los maestros tendrán el reto de hacer frente a rezagos evidentes en materias fundamentales como matemáticas y español.

Esa gran evaluación por supuesto también debería involucrar a las escuelas particulares donde los padres de familia han manifestado sus dudas sobre la efectividad de la educación a distancia apoyada en la computación y otras herramientas tecnológicas.

Luego de más de un año de pandemia se sospecha de un retroceso escolar que haría necesario que la autoridad federal negocie con los sindicatos de maestros algún plan de regularización que obligaría a asistir a las escuelas los fines de semana o en periodos vacacionales, algo que seguramente no se dará. Al tiempo.