Banorte
- Banxico publicó hoy su reporte sobre agregados monetarios y actividad financiera de julio del 2021
- El crédito bancario se contrajo 9.7% a/a en términos reales, mejor a nuestro pronóstico de -10.8%, y el -11.8% previo. Aunque las cifras siguen sesgadas por una base de comparación difícil, creemos que el choque a la actividad continúa siendo el principal factor detrás de la contracción
- La mayor contracción fue en el crédito empresarial, en -14.7%, con el efecto ya mencionado más profundo aquí. La vivienda resultó en +3.1% y el consumo mejoró por quinto mes consecutivo, a -5.8%
- El índice de morosidad de la cartera disminuyó a 2.7% del total. Al interior, el consumo y la vivienda corrigieron a la baja, con las empresas sin cambios
- Esperamos que el crédito bancario mantenga una tendencia de recuperación en los próximos meses. No obstante, no descartamos cierta volatilidad en las cifras ante algunos riesgos para la actividad
Este se contrajo 9.7% a/a en términos reales en el séptimo mes del año. El resultado se ubicó por arriba de nuestra expectativa de -10.8% y del -11.8% previo. Si bien continúa impactada por una base de comparación difícil, la persistencia de tasas bajas sugiere que las cifras continúan resintiendo el impacto a la actividad económica y elevados niveles de incertidumbre. Además, el efecto por la inflación anual fue bastante modesto en esta ocasión, disminuyendo 7pb a 5.81%. Aunque las cifras anuales hacen difícil evaluar el desempeño, creemos que sí se está recobrando algo de dinamismo, aunque con una menor velocidad vs. las tasas en los indicadores generales de la actividad. En este contexto, el crédito empresarial cayó 14.7% a/a en términos reales, siendo el más sesgado por la base. Sin embargo, esto debería seguir desvaneciéndose en los próximos meses. En el detalle, sólo 2 de los 13 sectores se debilitaron respecto a junio. Estos fueron minería (-32.4% desde -29.5%) y ‘no sectorizado’ (2.7% desde 2.9%). Por el contrario, las mayores alzas fueron en medios masivos (-18.5% desde -30.0%), alojamiento (-10.5% desde -14.3%), y comercio (-16.4% desde -19.4%).
La vivienda mejoró en el margen, a 3.1% desde 2.9% en junio. Al interior, el rubro de interés social se mantuvo sin cambios en -18.5%, aunque el residencial mejoró a 4.6%. El crédito al consumo subió a -5.8% desde -8.5%. En los detalles el desempeño fue favorable, con alzas en prácticamente todos los grandes componentes, con bienes duraderos (-3.4%) como los únicos con un deterioro. Con mejorías destacamos tarjetas de crédito (-7.0%), créditos de nómina (-2.9%), personales (-13.3%) y ‘otros’ (11.7%).
Consideramos que estas señales son positivas en un contexto de deterioro en el panorama epidemiológico, con algunas restricciones impuestas nuevamente. No obstante, es consistente con las fuertes ganancias en el reporte de empleo del mismo periodo, sugiriendo que la recuperación, al menos en este frente, podría continuar.
El índice de morosidad disminuye 10pb a 2.7% de la cartera total. Al interior, la morosidad del consumo disminuyó a 3.6% desde 3.9%, hilando seis meses de mejoría. El crédito empresarial resultó sin cambios en 2.1% mientras que la vivienda presentó una disminución de 10pb a 3.4%. Creemos que las cifras podrían seguir mejorando por: (1) Una estabilización en la tendencia del crédito, permitiendo una mejor relación entre la cartera vigente y la vencida, especialmente en el renglón de consumo; y (2) acciones de reguladores –como la CNBV, Banxico y SHCP– y los bancos para mejorar las condiciones para resolver pagos atrasados y otros métodos contables para una mejor posición financiera del sistema.
Esperamos que el crédito bancario mantenga una tendencia de recuperación en los próximos meses. Como hemos detallado en publicaciones previas, tras el mínimo de abril esperamos que el crédito siga con una tendencia al alza en lo que queda del año. Aunque el efecto aritmético es en general positivo, seguimos preocupados por el efecto que podría tener la inflación, considerando que permanece alta y probablemente aumente hacia finales del año, con nuestro estimado en 6.1%. A su vez, esto podría resultar en un menor dinamismo. Sin embargo, y en última instancia más importante, seguiremos atentos a los factores que explican el desempeño, los cuales parecían estar mejorando en conjunto con la recuperación económica. No obstante, nos mantenemos preocupados sobre el riesgo que implica el alza en casos de COVID-19 en agosto, pudiendo tener un impacto en algunos de los sectores más expuestos a la interacción social. En el frente empresarial, ante la extensión de las afectaciones a las cadenas de suministro, las compañías podrían retrasar sus decisiones de inversión, también impactadas por factores idiosincráticos. No obstante, la fortaleza de la demanda, especialmente del exterior, en conjunto con la prevalencia de tensiones en la relación China–EE.UU., podrían beneficiar a nuestro país. Finalmente, seguiremos analizando la vivienda, con cambios hacia esquemas de home-office y otras disrupciones relacionadas a la pandemia. La salud del sistema financiero parece consolidarse, especialmente con la cartera vencida normalizándose y acciones oportunas de los reguladores y otros participantes del mercado.