Tras el rotundo fracaso del llamado apagón analógico en Tijuana, nuevamente el presidente de la Comisión Federal de Telecomunicaciones, Mony de Swaan, será llamado a rendir cuentas ante el Congreso de la Unión.
La miopía y torpeza del señor de Swaan, no solamente han dejado un saldo de cientos de miles de personas incomunicadas, sino que puso en riesgo las elecciones del estado de Baja California que se celebrarán el próximo 7 de julio.
Antes de que se diera el desastre de Tijuana, De Swaan hizo oídos sordos a las peticiones de suspender la conversión de señal análoga a digital por el proceso electoral en dicho estado. Incluso, con clara terquedad y fiel a su costumbre, Mony de Swaan no aceptó crítica alguna, es más se dio el lujo de censurar a quienes disentían de su apresurada propuesta de apagón analógico, al grado de decirle a esas voces que deberían callarse: “que los políticos hagan política y que los técnicos permitan que avancemos en las telecomunicaciones de este país”.
No fue hasta que la Secretaría de Comunicaciones y Transportes le jaló las orejas al solicitar a la Cofetel y a todo su colegiado, posponer el apagón analógico, pasadas las elecciones de Baja California, para garantizar una jornada electoral sin exabruptos, con lo que se confirma la ineptitud de Mony de Swaan al atentar contra la democracia.
Con estos hierros ¿habrá alguien que todavía lo ve en un futuro en el servicio público?