Rogelio Varela-
Los precios internacionales del petróleo vuelven a rebasar los 110 dólares por barril ante las crecientes tensiones entre Rusia y Ucrania.
Oportunidad perdida
Luego del respiro de la semana pasada los precios internacionales del petróleo vuelven a subir con fuerza.
La invasión de Rusia a Ucrania, que esta semana cumplirá un mes, han impulsado más allá de todo pronóstico los precios de las energía y el barril del West Texas cerró ayer en 110 dólares, mientras que el Brent del Mar del Norte escaló los 116 dólares.
Lamentablemente esa subida no es una buena noticia para México a pesar de tener reservas cuantiosas de petróleo, ya que importamos crudo y en especial gasolinas que también se han encarecido con un conflicto bélico donde Rusia es el tercer productor de crudo más importante del planeta, después de Estados Unidos y Arabia Saudita.
Aunque es difícil para los mercados determinar cuánto tiempo durará esta guerra en Europa, región que también depende en demasía del petróleo y el gas ruso, queda claro que las sanciones económicas a Rusia podrían extenderse al menos un lustro lo que tendrá impacto en los precios del petróleo que seguramente seguirán altos, y donde se tendrán que buscar proveedores alternos para cubrir al menos 3 millones de barriles diarios de petróleo.
En ese contexto en días pasados Estados Unidos aceleró negociaciones diplomáticas con Venezuela e Irán para comprarles más petróleo, pero el gobierno de Joe Biden tuvo poco éxito.
Como sabe la industria petrolera es un negocio de curvas largas y las inversiones que se realizan en este momento en muchos casos permiten extraer el primer barril de petróleo cinco años después en el mejor de los casos, de ahí que México no podrá aprovechar esta coyuntura de precios que muy bien le vendría a Pemex que dirige Octavio Romero Oropeza para pagar una parte de su abultada deuda de más 110 mil millones de dólares.
Lamentablemente desde el inicio de la presente administración se vio con gran desconfianza la Reforma Energética emprendida en el gobierno de Enrique Peña Nieto, de hecho se suspendieron las subastas petroleras, y también se canceló toda posibilidad de que las empresas privadas se asociarán con Pemex cancelando con ello nuevos proyectos en aguas profundas.
Por el contrario, la idea de la 4T ha sido apuntalar con recursos públicos a Pemex con nulos ó pobres resultados, porque tampoco se ha podido recuperar de manera relevante la plataforma de producción petrolera.
Creo que todavía habría algún espacio para que México aproveche los precios altos del petróleo que prevalecerán por algunos años más por los alcances de la invasión rusa en la geopolítica internacional, y no obstante que se acelerarse la transición energética del mundo hacia fuentes limpias y renovables.
Lo cierto es que el marco legal está vigente para atraer inversiones privadas al sector petrolero e incluso extenderlas al negocio eléctrico, pero para ello sería necesario un golpe de timón del presidente Andrés Manuel López Obrador que tendría que dejar a un lado el discurso ideológico y ser más pragmático por el bien de los mexicanos, sería en otras palabras una decisión política de alcance de miras que permitiría además recuperar la confianza perdida tras la cancelación de la construcción del aeropuerto de Texcoco hace más de tres años.