Última actualización el octubre 18, 2024
Tiempo de lectura: 3 minutosFoley & Lardner México
Ante las resistencias del sector industrial de México para avanzar en las negociaciones para la consolidación de un Tratado de Libre Comercio (TLC) con Corea del Sur, Alejandro N. Gómez Strozzi, socio de Foley & Lardner México, asegura que la Secretaría de Economía como siempre se acercará con representantes de cada sector de la industria para escuchar sus inquietudes y trazar una hoja de ruta ramo por ramo.
Según el especialista, hay dos leyes a nivel federal, la Ley Sobre la Celebración de Tratados y la Ley Sobre la Aprobación de Tratados Internacionales en Materia Económica, que no dan claridad sobre qué hacer en casos en los que algunos sectores se opongan a un acuerdo, ya que sus objetivos incluyen acciones tan amplias como “contribuir a mejorar la calidad de vida y el nivel de bienestar de la población mexicana”.
Explica que más allá de la oposición en abstracto de ciertas cámaras o sectores que aseguran que México enfrentaría riesgos de competencia desleal al competir no con una industria privada sino con un sector controlado por el Estado, que otorga subsidios, es necesario analizar a detalle las fracciones arancelarias por las que se materializan exportaciones e importaciones, mismas que definen puntualmente volúmenes y precios relevantes, lo que permitiría establecer qué productos coreanos específicos constituyen una verdadera amenaza.
En ese sentido, hay medidas para atender las preocupaciones de la industria manufacturera mexicana como plazos de desgravación, salvaguardas y cupos, que pueden preverse en cada TLC y que son aplicables en los casos de importaciones que amenazan con causar daño a la rama de producción nacional del país importador.
Desde el punto de vista del socio de Foley & Lardner México, un acuerdo comercial ofrecería los medios adecuados para resolver diferendos ante eventuales prácticas desleales de la industria sudcoreana; dicho acuerdo bien puede constituir una vía adicional para atender las inconformidades expresadas al momento, mismas que en contadas ocasiones han sido denunciadas conforme a la legislación vigente.
Gómez Strozzi advierte que en 2021, Corea del Sur se convirtió en nuestro tercer socio comercial a nivel mundial, aun sin un tratado firmado. Esto significa que estamos recibiendo mercancía coreana en volúmenes muy importantes, pero hay una asimetría en la relación que una relación comercial más ordenada nos permitiría dimensionar y aprovechar como país.
Bajo esa óptica, y si se considera que el 85% de los productos que llegan de Corea del Sur al país lo hacen libres de arancel y sólo el 20% de los productos que van de México a Corea lo hacen sin pagarlos, tenemos mucho que ganar de un TLC.
Considera que la oposición de varias ramas industriales no es excepcional ya que simplemente se trata de una reacción al anuncio de reactivación de las negociaciones para concretar el acuerdo comercial con el país asiático; no se habían dado los supuestos necesarios para escuchar las quejas de diversos sectores y el posible TLC ha abierto los canales para escucharlas.
Las condiciones que se establezcan en la negociación tendrán que atender las sensibilidades de los productores de cada nación a fin de determinar en cuáles de los miles de mercancías sobre las que se negociará, están dispuestos los países involucrados a otorgarles un periodo y medidas de transición adecuadas.