Última actualización el octubre 18, 2024
Tiempo de lectura: 2 minutosThomas Hauggard de Junus Henderson
En gran medida, se esperaba la victoria de Lula, pero es evidente que Bolsonaro hizo una campaña muy fuerte hasta el final, con la que consiguió recortar parte de la diferencia con Lula. Así que la principal sorpresa fue que Bolsonaro terminó siendo mucho más competitivo de lo que se pensaba.
Esto tiene varias implicaciones: En primer lugar, el riesgo de que las elecciones sean impugnadas por Bolsonaro es mayor.
En segundo lugar, el riesgo de protestas por parte de los partidarios de Bolsonaro es más elevado y ya lo estamos viendo con algunos bloqueos de carreteras por parte de camioneros, etc. Aunque creemos que al final habrá un relevo democrático, existen riesgos de turbulencias a corto plazo.
En tercer lugar, unas elecciones más ajustadas significan que Lula probablemente se verá más limitado en sus políticas de izquierda, ya que la parte del congreso dominada por el centro-derecha se sentirá más empoderada.
En el futuro, la atención se centrará en el anuncio por parte de Lula de su equipo económico y en la espera de la reacción de Bolsonaro, que aún no ha reconocido su derrota. A medio plazo, la atención se centrará en cómo Lula intentará generar espacio para sus políticas centradas en lo social, especialmente en cómo se modificará el umbral de gastos.
El alto nivel de endeudamiento y los elevados costes de los intereses de la deuda hacen que cualquier cambio en el marco fiscal sea muy arriesgado. Las consecuencias a largo plazo de la victoria de Lula serán probablemente un mayor compromiso del Estado, lo que acabará perjudicando el crecimiento potencial. Es poco probable que Lula tenga una larga luna de miel con una situación económica, financiera y política desafiante a nivel interno y un entorno externo hostil.