Por: José Antonio Chávez
El encuentro del Presidente Andrés Manuel López Obrador con el líder del Senado, Ricardo Monreal el jueves en Palacio Nacional, no es un tema ligero, puede apostar que sin duda lleva jiribilla.
Esos encuentros se realizaban antes de las elecciones del 2021 y se destilaba los almuerzos con chilaquiles, verdes o rojos, y una serie de garnachería con sello de exquisites mexicano.
Ahí el Presidente recibía al amigo, a su amigo Ricardo y se ponían al día en cuestiones de política nacional, que decir del legislativo y uno que otro chisme de vecindad de quinta, sobre todo de los otros partidos.
Eran muy normales esos encuentros hasta que llegaron los que le hablan al oído al Presidente para meterle que Monreal fue el culpable de la perdida de 9 de las 16 alcaldías en la Ciudad de México, y que Sheinbaum era inocente. Todo se lo atribuyeron y comenzó la campaña en su contra.
Bueno, ahora dicen los que saben que en ese encuentro se tejieron nuevos escenarios para Don Monreal, que no dudan que haya propuestas de ir por la jefatura del Gobierno de la CDMX y apoyar con todo al o a la candidata que sea seleccionado seleccionada, o la otra repetir en una reelección en la Cámara Alta con el mismo cargo.
El Presidente sabe que necesita de la unidad de las cuatro corcholatas porque puede sufrir ruptura o desgranaje al interior del partido que le pueda poner en riesgo refrendar la corona en el 2024.
El mayor problema de convencimiento es Monreal y Marcelo Ebrard que públicamente han levantado la voz para decir que no aceptarán imposición alguna, al referirse que pueda ser Claudia o incluso hasta don Adán. Quieren juego limpio.
Por eso el Presidente tuvo que doblar las manos y mandar el mensaje de unidad con esos recientes encuentros, primero con las cuatro corcholatas y después a solas con Ebrard y luego Monreal.
Que hablaría con Ebrard que salió muy echado para adelante e incluso parece que les anda comiendo el mandado a Sheinbaum y a Adán con un ejército para promover sus propuestas con banner, panfletos y calcomanías para el carro o casa con la leyenda: “Con Marcelo Si”.
Si el Presidente logró convencer a Monreal y Ebrard, podemos decir que esta con un paso adelante para sacar una candidatura limpia, sin roces ni baches, con un terreno pavimentado y en consecuencia con un valor agregado de trabajar, los cuatro por la Presidencia el 2024.
Ricardo Monreal en el 2018 buscó la candidatura a la jefatura del Gobierno de la CDMX, venía del cargo de delegado de Cuauhtémoc, una delegación de las más importantes en lo político y financiero de la capital.
Fue grave que en las encuestas Monreal ganó, pero, de acuerdo con Adán Augusto fueron manipuladas para darle el triunfo a Claudia Sheinbaum. López Obrador atajó su posible salida de Morena y se comprometió darle el liderazgo del Senado.
Monreal sin duda puede ser el próximo jefe del gobierno de esta capital, el lunes estaremos en condiciones de conocer si presentará licencia para la Presidencia de México o para la Jefatura de la Ciudad de México, o de plano no la pide y ello lo llevaría en automático a la reelección. El lunes será negro, de eso no tenga duda.