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Industria refresquera rechaza gravamen especial

Tiempo de lectura: 3 minutos

refrescos2· Más impuesto al refresco NO resuelven la obesidad y en cambio SI genera múltiples problemas económicos colaterales

· No existe evidencia internacional que haya comprobado la eficacia de un impuesto al consumo con objetivo de combatir la obesidad

· La obesidad requiere de una atención integral, donde todos participemos: gobierno, industria y sociedad.

 

La industria refresquera mexicana reitera su rechazo a más impuestos al refresco, porque no resuelve la obesidad, y en cambio SI genera problemas económicos colaterales. En el contexto de la aprobación o rechazo al impuesto al refresco, como parte de la miscelánea fiscal que actualmente se discute en la Cámara de Diputados, la industria refresquera mexicana expone lo siguiente:

1.- La obesidad es un problema multifactorial complejo, que requiere de una atención integral bajo un ambiente de colaboración, no de confrontación, a fin de encontrar soluciones eficientes y sustentadas a este problema de salud pública.

2.- Ni los refrescos, ni ningún otro alimento o bebida, son responsables de la obesidad. Los responsables son los hábitos alimenticios inadecuados y el sedentarismo de la gente. Los refrescos representan el 5.5% de la ingesta calórica de la dieta del mexicano, lo que en el mejor de los casos, un impuesto al refresco provocaría la disminución de 35 calorías al día, o sea el 1% del total de la ingesta calórica.

3.- Un impuesto al refresco no modifica patrones de conducta, solo provocaría la migración hacia otros productos con poca o nula regulación sanitaria. Los refrescos han estado presentes en México desde hace más de 100 años mientras que el problema de la obesidad solo en los últimos 20 años.

4.- No existe relación estadística concluyente que vincule el incremento de la obesidad con el consumo de refrescos. En los últimos 20 años, el consumo per cápita de refrescos se ha incrementado en un 10% acumulado, mientras que la obesidad registra niveles superiores al 100%

5.- No existe evidencia internacional que haya comprobado la eficacia de un impuesto al consumo para combatir la obesidad. Dinamarca, que tuvo un impuesto con estas características, lo está derogando gradualmente porque NO modificó patrones de conducta alimentaria y en cambio SI generó efectos económicos colaterales.

6.- Es un impuesto que está diseñado para que lo paguen los consumidores, no la industria. Se aumentaría el precio entre 15% y 20%, es decir, el consumidor estaría pagando 33 centavos de impuestos por cada peso, en un producto que hoy ya paga 16% de IVA

7.- Lo pagarán los más pobres. Todo impuesto de tasa única aplicado a la población de diferentes ingresos es regresivo. Un impuesto adicional al refresco afectaría 14 veces más al ingreso real de los hogares más pobres, que son los que más consumen.

8.- Impacta negativamente una amplia e importante cadena productiva que empieza en el campo mexicano y finaliza con los pequeños comerciantes. Pone en riesgo la estabilidad e ingresos de más de 3.5 millones de empleos e impacta negativamente a más de un millón de pequeños comerciantes

9.- No garantiza que los recursos obtenidos por este impuesto sean destinados al combate de la obesidad. El Presupuesto de Egresos de la Federación no establece que lo recaudado por cualquier impuesto sea destinado a programas específicos de atención de diabetes, instalación de bebederos en escuelas, ni promoción de estilos de vida saludables

10.- La obesidad requiere de una atención integral, donde todos participemos: gobierno, industria y sociedad. Por ello, en la industria refresquera mexicana estamos convencidos de que la educación es fundamental para prevenir, contener y combatir este problema bajo un enfoque integral que contemple la educación, salud y actividad física.

La obesidad es un problema multifactorial y complejo que requiere de una atención integral y la participación de todos, en un ambiente de colaboración, a fin de encontrar soluciones eficientes. La educación  y la promoción de estilos de vida saludables es fundamental para prevenir, contener y combatir este problema bajo un enfoque integral.

Solo uniendo esfuerzos podremos emprender un cambio de comportamiento de toda la sociedad hacia estilos de vida activos y saludables. Los impuestos no son la solución.

La única manera de solucionar el problema de la obesidad es uniendo esfuerzos gobierno y sociedad.