– La estatura promedio en México se estima en 1.67 m para los varones y 1.57 m para la mujer. De esto se calcula que solo un 15 a 20% alcanza su estatura esperada para la edad adulta, el resto generalmente no lo alcanza.
– Durante los 4 y 10 años de edad, un niño debe de crecer por año, 6 cm.
El Dr. Armando Blanco, Endocrinólogo Pediatra, Socio Numerario de la Academia Mexicana de Pediatría y Miembro de la Sociedad Mexicana de Endocrinología Pediátrica habla sobre el tema de la talla baja en la sociedad mexicana y la importancia de la hormona de crecimiento.
Una mamá que no tuvo una buena nutrición durante el embarazo o que tuvo un embarazo de alto riesgo como resultado tienen un producto de bajo peso y talla al nacimiento, por lo tanto este niño en automático tiene la posibilidad de perder 4 cm del pronóstico final de estatura, si es que al nacimiento pesa menos de 2,700 g y mide menos de 47 cm.
Otro factor que influye en el crecimiento es el primer año de la vida, en el cual debe de crecer 25 cm, sin embargo estos 25 cm son dependientes del estado de salud y del estado nutricional. Un niño que fue 5 a 6 veces al pediatra por diarrea, infecciones o que lo tuvieron que hospitalizar, evidentemente no crece estos 25 cm.
Otra brecha importante es entre los 4 y los 10 años de edad. Durante este periodo un niño independientemente de la herencia, debe de crecer por año, 6 cm.
“Si un niño durante esa etapa no crece 6 cm por año, es porque algo está ocurriendo y se debe de investigar a fondo, ya que puede ser una enfermedad endocrinológica lo que le este deteniendo su crecimiento” menciona el Dr. Armando Blanco.
Entre los 4 y los 10 años, las enfermedades que pueden afectar su crecimiento, son las de tipo renal, enfermedades hematológicas, enfermedades cardiacas o anemia y parasitosis.
La etapa de la pubertad le confiere al niño de 10 a 15 cm y en la niña de 8 a 12 cm, el problema es que si la pubertad no se presenta en el tiempo y forma adecuados, esos 15 cm se pueden perder.
Si un niño es detectado con problemas de crecimiento, se deben de modificar hábitos como el sueño, el ejercicio y la alimentación, en el caso de que esto no nos ayude a mejorar el crecimiento, se pueden utilizar estimulantes naturales de la hormona de crecimiento, que son aminoácidos o proteínas, que no generan ningún riesgo para el paciente, solo mejoran la calidad de la hormona.
Si se identifica alguna enfermedad que este causando deficiencia en la cantidad o actividad de la hormona de crecimiento o incluso sin identificar ninguna enfermedad que este causando la talla baja, si el niño no muestra mejoría en el ritmo de crecimiento, nos queda la opción de utilizar hormona de crecimiento recombinante.
La hormona de crecimiento es una substancia que el organismo produce de manera natural pero que cuando existe una deficiencia en cantidad o calidad se debe de sustituir esta hormona.
Actualmente la hormona se obtiene por ingeniería genética, a través de la técnica de DNA recombinante, por tanto la hormona de crecimiento recombinante es enteramente segura como un producto biotecnológico y si está bien seleccionado el paciente, el beneficio obtenido será muy significativo con bajo riesgo.
A partir de 1985 existe la hormona de crecimiento recombinante, la cual ha probado a lo largo de 20 años que es una hormona segura para su uso, no produce cáncer, ni genera deformidades, tampoco adelanta la pubertad, no altera el proceso de fertilidad y bajo un control especializado del tratamiento, por un médico endocrinólogo, mejorará el ritmo de crecimiento de un paciente.
En el mercado actualmente existen cuatro marcas de las cuales tres se obtienen a través de una cepa de una bacteria y solo existe una que se extrae de células de mamífero, esto garantiza que esta hormona sea exactamente igual a la que tenemos los humanos.
La hormona de crecimiento recombinante producida en células de mamífero, por su gran similaridad con la hormona de crecimiento natural, tiene una respuesta más específica sobre los tejidos en los que debe actuar en los pacientes, permitiendo una ganancia de centímetros en la etapa inicial del tratamiento. Por su pureza en la producción, se disminuye el riesgo de reacciones inmunológicas por contaminación con proteínas ajenas a la hormona de crecimiento y mejora su actividad sobre los órganos donde actúa.
Además, para facilitar su aplicación, Laboratorios Merck y Saizen, cuentan con dispositivos únicos para la administración de la hormona, con la tecnología más avanzada un dispositivo electrónico para la inyección de la hormona que tiene un útil dosificador de uso práctico y de fácil manejo para los niños, el cual le permite personalizar el dispositivo ingresando datos como nombre, fecha y hora; también permite realizar ajustes para una mayor comodidad en la aplicación de la inyección como: la velocidad de penetración de la aguja, velocidad de la inyección, profundidad de la inyección y el tiempo en que se realiza esa inyección. Puede informar al médico a través de un monitoreo de las dosis aplicadas la adherencia del paciente al tratamiento; registra un calendario con la historia de la dosis, ajuste de las dosis con relación al peso del paciente, así como, un control sobre el tipo de cartucho, tipo de aguja y fecha de caducidad.
“A través de la investigación, el desarrollo, producción y comercialización eficientes de productos confiables y con los mayores estándares de calidad, podemos ofrecer a las personas la oportunidad de mejorar su calidad de vida.”, comento Diana Carlos, Gerente de producto de Merck.
La hormona de crecimiento recombinante está actualmente aprobada para su uso en:
• Niños nacidos pequeños para su edad gestacional (SGA, por sus siglas en inglés)
• Niños con deficiencia de hormona de crecimiento
• Niñas con síndrome de Turner
• Niños prepúberes con insuficiencia renal crónica
• Adultos con deficiencia de hormona del crecimiento
Laboratorios Merck cuenta con todo un programa integral de apoyo a pacientes en desarrollo y que están siendo tratados con hormona de crecimiento recombinante por alguno de los padecimientos mencionados.