La creciente demanda de infraestructura energética en México, impulsada por la llegada de nuevas empresas en el marco del fenómeno del near shoring, ha puesto en primer plano la necesidad urgente de garantizar la seguridad y fiabilidad de las infraestructuras energéticas.
En los últimos años, México ha visto un incremento significativo en la inversión extranjera directa, alcanzando un total de 36,058 millones de dólares en 2023, marcando un nuevo máximo histórico respecto al año anterior. [1]Este crecimiento ha llevado a un aumento en la demanda de recursos energéticos, exponiendo la urgencia de abordar cuestiones críticas relacionadas con la seguridad de las redes eléctricas.
Con este incremento, se tienen dos desafíos importantes:
- Ciberseguridad: Los ciberataques a infraestructuras críticas, como instalaciones energéticas, han mostrado un aumento significativo en los últimos años, especialmente en 2023. Se reportó que en este año hubo un promedio de 13 ataques por segundo dirigidos a infraestructuras críticas a nivel global, lo que representó un incremento de aproximadamente 30% en comparación con el año anterior. Este tipo de ataques puede afectar a sectores clave como las redes eléctricas, transporte, y comunicaciones, con riesgos para la economía y la ciudadanía debido a potenciales interrupciones en servicios esenciales[2].Estos ataques subrayan la necesidad de fortalecer las medidas de protección contra amenazas digitales.
- Fenómenos Meteorológicos Extremos: La Organización Meteorológica Mundial (OMM) en su informe El Estado del Clima en América Latina y el Caribe ha documentado un aumento en la frecuencia y severidad de fenómenos extremos en la región, incluidos huracanes, sequías y precipitaciones intensas, que han causado pérdidas significativas y daños a la infraestructura. México, en particular, ha experimentado uno de los incrementos más elevados en la temperatura promedio en América Latina, lo cual está relacionado con la creciente intensidad de sequías y tormentas en diversas regiones del país.
“En un contexto donde la ciberseguridad y la resiliencia frente a eventos meteorológicos extremos son más cruciales que nunca, es fundamental que México refuerce sus infraestructuras energéticas. Los ciberataques a instalaciones energéticas no solo han causado pérdidas económicas significativas, sino que también han puesto en riesgo la operación diaria y la seguridad de datos críticos. Además, el aumento de ataques de Denegación de Servicio Distribuida (DDoS) han afectado la disponibilidad y el rendimiento de las redes eléctricas”. Comentó Jorge Tsuchiya, Director Regional de México en NETSCOUT.
Para enfrentar estos desafíos y asegurar una infraestructura energética confiable, se está invirtiendo en tecnologías avanzadas de ciberseguridad y en la capacitación de personal especializado.
Además, se está promoviendo la colaboración entre el gobierno, las empresas y otros actores clave para mejorar la seguridad y resiliencia de la infraestructura energética. Se han establecido grupos de trabajo interinstitucionales para compartir información y coordinar esfuerzos.
“A medida que México sigue atrayendo inversiones extranjeras y expandiendo su capacidad industrial, la seguridad y fiabilidad de nuestras infraestructuras energéticas deben ser una prioridad máxima. La inversión en tecnología avanzada y la colaboración entre sectores son esenciales para proteger nuestras redes eléctricas y garantizar un suministro energético continuo y fiable. Solo mediante un enfoque proactivo y coordinado podremos enfrentar los desafíos actuales y futuros, salvaguardando nuestra infraestructura esencial para asegurar no solo el funcionamiento continuo de las empresas, sino también evitar ciberataques que pueden ser perjudiciales a la industria.” Concluye Jorge Tsuchiya, Director Regional de Netscout.
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