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Cobranzas con IA: el futuro de la recuperación de la cartera

Tiempo de lectura: 3 minutos

La recuperación del crédito es un tema importante para el mercado financiero.

El equilibrio entre ofrecer crédito y aumentar las tasas de incumplimiento es uno de los mayores desafíos de la gestión de riesgos y siempre es un punto de atención para las instituciones financieras. Para 2025, la previsión del mercado es que las tasas de impago se mantendrán estables, a pesar del aumento de los tipos de interés y de los tipos de interés futuros.

Controlar y monitorear el recorrido crediticio del cliente a través de la tecnología es un recurso cada vez más utilizado por los bancos, que buscan implementar cobranzas más eficientes, humanizadas y adaptadas a la nueva realidad digital. Aquí destaco las cinco principales tendencias para la cobranza en
2025:

  1. La IA generativa humaniza la cobranza
    La empatía y la personalización son claves para que la IA generativa integrada siga
    optimizando procesos y contribuyendo a las relaciones orientadas a la recuperación de
    la cartera. La tecnología jugará cada vez más un papel importante en términos de
    negociaciones más efectivas a través del análisis del tono de voz o expresiones
    utilizadas por los clientes, permitiendo ajustes en tiempo real en el contacto con el
    cliente. Sin embargo, el papel humano sigue siendo esencial para cuestiones más
    complejas y para la resolución de problemas.
  2. La hiperpersonalización en el centro de la estrategia
    Conocer el historial crediticio de un cliente es importante. Pero, además de los datos
    transaccionales, identificar y mapear el perfil conductual del consumidor es un
    diferenciador para desarrollar propuestas de negociación personalizadas y acordes al
    momento de vida que atraviesa. Por tanto, la hiperpersonalización de los datos es un
    activo que proporciona un enfoque personalizado, que refuerza la relación entre las
    partes e individualiza las acciones propuestas. Este enfoque mejora las tasas de
    recuperación de crédito y crea un punto de confianza y transparencia que se extiende
    a otros servicios y productos ofrecidos por las instituciones.
  3. La omnicanalidad como norma, no como excepción
    La experiencia debe ser fluida y sin fricciones. Esto es lo que buscan los consumidores
    en sus puntos de contacto con las empresas. Por tanto, es obligatoria la
    omnicanalidad, es decir, la integración de canales y puntos de comunicación. Los
    procesos de cobranza sin este enfoque multicanal quedarán obsoletos y las empresas
    perderán competitividad. Los clientes que se encuentran en una situación de impago
    quieren autonomía y acceso simplificado a canales para negociaciones personalizadas
    que sean consistentes con los deseos y necesidades individuales.
  4. Empoderamiento del cliente en situación de morosidad
    Permitir que el cliente tenga autonomía sobre la decisión de renegociar deudas es un
    camino valioso. Un ejemplo es el programa Desenrola Brasil, que sacó a más de
    500,000 personas de la lista negra del buró de crédito y generó más de R$ 53,2 mil
    millones (de reales brasileños) en deudas renegociadas. La libertad de elegir cuánto y
    cómo se liquidará la deuda trae resultados para los acreedores, pero lo más
    importante, contribuye a un cambio cultural. De aquí a 2025, este empoderamiento del
  5. Cobranza humanizada
    El aumento de los incumplimientos de pago y el uso más frecuente de la tecnología en
    las estrategias de cobranza impactaron en el volumen de llamadas y contactos
    digitales. Esto presionó al mercado a endurecer las reglas para minimizar las llamadas
    no deseadas. Las regulaciones seguirán dando forma a las prácticas de cobranza y
    requerirán estrategias más éticas y efectivas.

    Por lo tanto, reconocer al cliente, aceptar sus necesidades, construir relaciones y utilizar el proceso de recuperación de cartera como parte de la experiencia del consumidor, contribuye a rescatar o mejorar la cobranza humanizada, alinear prácticas de alto nivel con la reputación y la competitividad, reducir costos y generar eficiencia operativa.

    Es decir, en 2025 el cobro de créditos se caracterizará por la combinación de tecnología, personalización y empatía. La innovación ayudará a optimizar la recuperación del crédito, centrándose en la experiencia del cliente y respetando sus necesidades. Las instituciones financieras, al adoptar soluciones más eficientes y humanizadas, mejorarán las tasas de recuperación y fortalecerán la confianza con los clientes, siendo el equilibrio entre tecnología y enfoque humano el diferenciador para un mercado más ético y competitivo.

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