En una sesión marcada por la incertidumbre comercial y las recientes medidas arancelarias anunciadas por el presidente Trump, la economía estadounidense ha brindado un importante respiro gracias a las últimas cifras del PMI manufacturero.
El índice, publicado por el Instituto de Gestión de Suministros (ISM), se ubicó en 50.9 en enero, superando las expectativas y rompiendo una prolongada racha de 26 meses en territorio de contracción. Esta recuperación, aunque alentadora, se ha visto parcialmente eclipsada por la intensa atención que acaparan los anuncios en materia de tarifas, especialmente tras la aparente prórroga concedida a México hasta marzo.
El regreso de la manufactura a terreno expansivo es una señal especialmente relevante, puesto que el sector había experimentado una contracción prolongada que suscitó dudas acerca de la salud industrial de la economía estadounidense.
Si bien la manufactura no es el principal motor económico de EE.UU., su recuperación apunta a una mayor confianza empresarial y una posible mejoría en la demanda interna. Entre los componentes del PMI, destacan los incrementos en nuevas órdenes (55.1) y producción (52.5), así como el repunte en el empleo (50.3) tras varios meses de ajuste de personal.
Por otro lado, la fortaleza del dólar (USD) se ha mantenido en la jornada, registrando un alza cercana al 0.3%. No obstante, cabe señalar que en el punto álgido de la sesión el repunte llegó a ser superior al 1%, lo que confirma que la volatilidad persiste ante los titulares relacionados con las disputas comerciales.
En contraste, el peso mexicano (MXN) logró recuperar una caída previa de más del 3% y ahora opera con un sesgo positivo, impulsado por la noticia de que las tarifas a México se retrasarían hasta marzo. Esta extensión brinda margen de maniobra para que las negociaciones diplomáticas avancen y, de momento, reduce el riesgo de un impacto inmediato en sectores sensibles de la economía mexicana.
Aun con estas noticias optimistas en torno al PMI, los mercados internacionales permanecen en alerta frente a la posibilidad de que se intensifique la guerra comercial. Las recientes declaraciones sobre una posible revisión de acuerdos con Canadá y la postura negociadora de China mantienen la tensión latente, lo que podría frenar el impulso económico logrado por el sector manufacturero.
De cara a las próximas semanas, el foco estará en la evolución de las conversaciones arancelarias y su potencial efecto en la confianza empresarial y en las decisiones de inversión de las compañías estadounidenses. En este escenario volátil, los datos de manufactura representan un rayo de optimismo, pero el desenlace de las disputas comerciales seguirá marcando el rumbo de los mercados y la fortaleza del dólar.”
- Análisis de Quásar Elizundia, Estratega de Investigación de Mercados- Pepperstone
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