La digitalización de las operaciones en sectores estratégicos como transporte, logística, salud y seguridad ha convertido a los dispositivos IoT en un pilar fundamental para garantizar la conectividad y la disponibilidad del servicio.
Sin embargo, la desconexión progresiva de las redes 2G y 3G en México ha puesto en jaque su continuidad, forzando a las empresas a actualizar gran parte de sus equipos desplegados.
Según datos de Consumotic, la penetración de dispositivos IoT en el país ha crecido un 15% anual en el sector industrial y un 20% en el sector logístico. No obstante, el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) estima que, para 2025, más del 60% de los dispositivos conectados en México operarán exclusivamente sobre redes 4G y 5G, lo que obligará a las compañías a adaptar su infraestructura tecnológica para evitar interrupciones en el servicio.
El desafío de la conectividad: zonas de sombra y dispositivos de mala calidad
En los últimos años, muchas empresas que ofrecen servicios máquina a máquina (M2M) han adquirido cientos de miles de dispositivos IoT en países asiáticos, priorizando principalmente el costo. Sin embargo, la experiencia como operadores de telecomunicaciones ha demostrado que, a pesar de las inevitables limitaciones de cobertura en zonas montañosas, desérticas o altamente congestionadas, en muchos casos, la causa principal de las fallas en el servicio no ha sido la red, sino los propios dispositivos.
Estos equipos, al perder la conectividad, no eran capaces de reconectarse automáticamente a otra red móvil, quedando inactivos y dejando el servicio fuera de operación. Esta situación evidencia la importancia de seleccionar dispositivos no solo en función del precio, sino también de sus capacidades técnicas. La mayoría de los dispositivos que presentaron este problema eran de gama baja, con calidad cuestionable y sin las especificaciones adecuadas para operar en entornos cambiantes.
“Nos encontramos diariamente con dispositivos incapaces de adaptarse fácilmente a un entorno tan cambiante. Un problema común es la búsqueda de una red alternativa en la misma banda de operación o la ejecución de un fallback hacia otra tecnología de acceso (2G, 3G, 4G o 5G), para luego volver con garantías a la banda original. Esto requiere equipos con un firmware bien diseñado, que contemple todos los escenarios de operación, y operadores que faciliten el cambio rápido de red. Esta combinación marca la diferencia en un entorno dinámico“, explica Rafael Escobar, Channel Manager IoT/M2M de Alai Secure.
“En otras ocasiones, un simple cambio normativo en la banda de operación de un país, que no fue contemplado debidamente en el firmware del dispositivo, ha hecho imposible el uso de esa banda, limitando la conectividad. También hemos detectado fallas en la implementación del fallback, que impiden el regreso a la red de origen. Afortunadamente, en Alai Secure hemos aprendido junto a nuestros clientes a identificar estos escenarios rápidamente y a ofrecer soluciones efectivas“, añade Escobar.
En Europa, los operadores de red móvil han comenzado a exigir la certificación de los dispositivos IoT utilizados en servicios M2M con el objetivo de reducir al máximo las incidencias técnicas derivadas de problemas en los equipos. Con esto, los dispositivos dejan de ser un factor anónimo dentro de la conectividad y se consolidan como piezas clave dentro de la cadena de valor.
Un parque de dispositivos obsoleto frente al apagón 2G y 3G
A este desafío se suma el hecho de que la gran mayoría de los dispositivos IoT desplegados actualmente no están preparados para el apagón de las redes 2G y 3G, que, en algunos países, como México, ya es una realidad. Un estudio reciente encontró que al menos el 30% de los dispositivos IoT en México aún dependen de redes 2G y 3G, poniendo en riesgo la continuidad del servicio.
Además, la falta de certificación y actualización de estos equipos puede derivar en problemas como:
- Baja eficiencia en la búsqueda de señal, lo que genera tiempos de reconexión prolongados.
- Falta de capacidad de fallback, impidiendo el cambio automático entre redes disponibles.
- Firmware desactualizado, reduciendo la estabilidad y seguridad de la conexión.
- Compatibilidad multibanda limitada, afectando el rendimiento en entornos con variabilidad de cobertura.
Cómo garantizar la conectividad IoT: claves para una transición segura
Para evitar estos problemas y garantizar una conectividad ininterrumpida, Alai Secure, líder en comunicaciones M2M, recomienda a las empresas adoptar estrategias de conectividad resiliente, tales como:
Uso de tarjetas SIM multioperador: Permiten que los dispositivos cuenten con una red móvil de respaldo en caso de pérdida de cobertura, garantizando la continuidad del servicio.
Actualización y certificación de dispositivos: Contar con equipos certificados y optimizados para operar en redes 4G y 5G, con capacidades automáticas de fallback, evita la obsolescencia y mejora la eficiencia en la transmisión de datos.
Monitoreo y gestión remota: Implementar plataformas de gestión en la nube permite supervisar en tiempo real la conectividad y realizar ajustes o actualizaciones sin intervención física.
Optimización del firmware y calibración de dispositivos: Garantizar que los dispositivos cuenten con el firmware más reciente y estén correctamente calibrados mejora la detección de redes y la estabilidad de la conexión.
En un mercado donde la conectividad es el eje central de la digitalización, los dispositivos IoT juegan un papel estratégico en la optimización de operaciones y la continuidad del servicio. La inversión en tecnología de última generación y la implementación de soluciones de conectividad inteligente serán determinantes para garantizar la estabilidad del servicio en un entorno cada vez más exigente.
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