Ahora que se celebró la reunión de funcionarios estatales de Turismo volvió a ser noticia la autopista Oaxaca-Huatulco.
Apenas la semana pasada que se desarrolló en Oaxaca la encerrona de secretarios de turismo de las entidades federativas una de sus conclusiones es que solo con mejor infraestructura se podrán ampliar las perspectivas para la llamada industria sin chimeneas.
El caso de Oaxaca es relevante por tratarse de una economía con fuerte dependencia del sector servicios, y donde concluye la administración sin que se pueda concluir la autopista Oaxaca-Huatulco, a pesar que dicho proyecto estaba en el plan sexenal de infraestructura.
El caso es que la secretaría de Comunicaciones y Transportes al frente de Dionisio Pérez Jácome no tuvo otra que obligar a Grupo Omega de Jorge, Juan y Javier Melgarejo que cedieran tal proyecto a la empresa Ica que dirige Alonso Quintana en un proceso que no estuvo exento de dificultades.
La postura del gobernador de Oaxaca Gabino Cue Monteagudo es fincar responsabilidades contra los hermanos Melgarejo un expediente que tendrá que revisar la Secretaria de la Función Pública ya que el daño económico de no construir tal carretera ha sido muy importante para los prestadores de servicios de Huatulco, un destino turístico que para su mala fortuna también ha resentido las secuelas de la crisis de Mexicana de Aviación.
En otras palabras Oaxaca vuelve a ser víctima de la irresponsabilidad de los gobiernos en el ámbito federal al solapar a empresas de dudosa capacidad económica que han dañado el desarrollo de uno de los estados más pobres del país.
Y es que en las dos administraciones panistas la promesa de construir la autopista quedó en eso a pesar del anuncio que se hizo con bombo y platillo desde 2008.
La autopista Oaxaca – Huatulco – Puerto Escondido levantó una enorme expectativa que ahora se convierte en incertidumbre porque esta mega obra que uniría la capital de Oaxaca con su zona costera, concretamente con Puerto Escondido y Bahías de Huatulco, sigue en el limbo ya que ICA aún no ha definido cuándo reiniciará la construcción que dejó Grupo Omega.
La obra en cuestión reduciría de ocho a tres horas y media el recorrido entre la ciudad de Oaxaca y Bahías de Huatulco, y a menos de dos horas el trayecto a Puerto Escondido.
Grupo Omega ganó la concesión realizada por el Gobierno Federal vía la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) sin que nadie investigara con antelación a este grupo, que carecía de los recursos económicos y técnicos para poder llevar a cabo una obra que permanece inconclusa.
Lo más grave es que hasta hace poco Grupo Omega se ostentaba como la propietaria de la concesión e hizo ver su suerte a la empresa de Alonso Quintana pidiendo las perlas de la virgen por la concesión ante la mirada impertérrita de la SCT.
Como imaginará en el gobierno federal existe enojo porque el propio presidente Felipe Calderón Hinojosa llamó a su administración el “sexenio de la infraestructura”, pero en lo que respecta a esta carretera simplemente no cumplió.
La construcción de la carretera Oaxaca-Huatulco se ha dividido en seis tramos, y cruza en su trayecto cinco distritos: Centro, Ocotlán, Ejutla, Miahuatlán y Pochutla.
También atraviesa 28 municipios, incluidos, entre otros: Oaxaca de Juárez, San Antonio de la Cal, San Agustín de las Juntas, Ánimas Trujano, Santa María Coyotepec, San Bartolo Coyotepec, San Martín Tilcajete, Santo Tomás Jalieza, San Antonino Castillo Velasco, Santa Catarina Minas, Ocotlán de Morelos, San Dionisio Ocotlán, Santa Lucía Ocotlán, San Pedro Mártir, Magdalena Ocotlán, San Martín de los Cansecos, San Miguel Ejutla, Ejutla de Crespo, Yogana, San Vicente Coatlán, Miahuatlán de Porfirio Díaz, San Pablo Coatlán, San Sebastián Coatlán, San Baltazar Loxicha, Santa María Tonameca, San Pedro Pochutla y Santa María Huatulco, lo que hubiera generado beneficios a más de un millón de habitantes.