Por José Antonio Chávez
El líder del PRI, Enrique Ochoa sin duda enfrentará la presión de su militancia y de políticos de los llamados gordos, para que definan el proceso de las candidaturas.
Ochoa quiere amarrar con el mayor músculo político la candidatura a la Presidencia, pues saben que necesitan de consensos de todas las voces y fuerzas para cerrar filas de quien será su abanderado. No es una tarea fácil.
Las presiones son precisamente por las sospechas que el abrir candados esté etiquetado para “los amigos del Presidente”. Es decir, eliminar los diez años de militancia y no ser priista, es un traje hecho a la medida para Aurelio Nuño y el propio José Antonio Mead.
Esa es la tarea que Ochoa tendrá que disipar entre los priistas, es decir atajar antes que se contamine la sospecha y en enero se confirme el dedazo, pues sería desastroso porque se sentirían engañados.
No pierda de vista que en la Asamblea Nacional nadie fue ajeno que esa apertura pudo estar direccionada. Tal vez por eso el PRI desde ayer está bajo lupa de los políticos con peso, Manlio Fabio Beltrones, Emilio Gamboa, César Camacho, Ivonne Ortega, Arturo Zamora, Jorge Carlos Ramírez Marín,.
Además de los presidenciables, Enrique de la Madrid, José Narro, Miguel Angel Osorio Chong, José Calzada y, desde luego los gobernadores priistas.
En San Lázaro, más de diez diputados del PRD, que siguen al bloque de senadores de Miguel Barbosa, andan haciendo maletas en espera de la autorización de AMLO para pasarse a Morena.
Desde luego que destaca la diputada por Coyoacán, Ariadna Montiel, una política que, además de haber sido presidenta de la Asamblea Legislativa del DF, fue severa crítica de la administración del ex delegado de Coyoacán, Mauricio Toledo.
En cambio, el diputado Arturo Santana desmintió estar en esa lista y acusó que hay fuego, vaya del diputado Carlos Hernández se corre la voz. Saben que se perfila como candidato natural para la alcaldía de Iztapalapa, la principal demarcación de votantes ¿será por eso quieren frenarlo?
En Sinaloa, el empresario Manuel Guillermo Chapman levantó la mano para ir por la candidatura a gobernar el municipio de Ahome, donde se ubican Los Mochis. No es una decisión ligera, no, es significativa porque su representatividad, sobre todo en lo social le dan un margen que debe ser preocupante para los partidos políticos, más cuando su familia ha dado empleo por 50 años y, en consecuencia un personaje querido por sus paisanos.