Por Dulce Briones
¿Tienes idea de lo que significa el concepto Consumo Inteligente? Es muy triste que tus amigos a veces te tachen de codo o mal educado por ser administrado en tus gastos. Por ejemplo, cuando van a comer si te comes todo lo que te sirven, te dicen que eres mal educado. Si pides la carta para checar los productos que ofrecen y ver su precio, te dicen naco; o si ellos están acostumbrados a tener lo último en tecnología, carros del año lujosos, camionetas bien equipadas y viven endeudados, y a ti, si te ven con un celular básico y un carro modesto…no te bajan de codo.
Hagamos conciencia que cada día de nuestra vida vamos a tener que vivir del consumo, ya sea para alimentarnos, para transportarnos a nuestras actividades diarias, para vestirnos, atender nuestra salud, aprender en escuelas, cursos y también para nuestra diversión, pero te has hecho la pregunta si ese consumo realmente es inteligente.
Consumo inteligente va más allá de lo que piensa la gente. Es pensar antes de comprar algo y hacernos la pregunta de si ese producto o servicio realmente nos falta, pero sobretodo, comparar precio y calidad.
La calidad es una característica muy importante que no debemos dejar de tomar en cuenta, lo que significa identificar cuál producto nos durará más tiempo. Por ejemplo, si necesitamos una chamarra, debemos pensar que la característica esencial es que nos debe proteger del frío, que nos quede bien y nos guste, no sólo que sea de cierta marca o que tenga algún estampado llamativo.
Pero ojo, ser un consumidor inteligente no significa comprar siempre lo más barato, sino analizar cuál producto o servicio, con relación a su precio y calidad, nos va a ser más útil o durar por más tiempo porque no tiene caso comprar el artículo con el precio más bajo del mercado cuando puedes correr el riesgo de que éste se rompa o no funcione al intentar usarlo.
Ya lo dijo uno de los más reconocidos y respetados inversionistas del mundo, el multimillonario Warren Buffett: “Por alguna razón, las personas prestan más atención al precio, que al valor. El precio es lo que se paga, pero el valor es lo que se obtiene a cambio”.
La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) recomienda los siguientes puntos para llevarlos a cabo en nuestra vida y así tener un verdadero consumo inteligente.
1. Para un consumo consciente.
Descubre tu poder. Cuando somos conscientes de nuestro poder, de nuestros derechos y obligaciones, que sabemos lo que necesitamos, lo exigimos y asumimos las consecuencias de la forma de consumir, estamos siendo consumidores inteligentes.
2. Un consumo informado.
Que no te dé pena. Un consumidor que compara calidad y precio, piensa en invertir antes que en gastar, valorando qué tanto sus elecciones de consumo satisfacen sus necesidades reales y los beneficios que traerán a su vida, a su familia y a su comunidad, es un consumidor inteligente.
3. Un consumo crítico.
Sin prejuicios. Un consumidor que es crítico ante la publicidad y la moda, se valora y valora a los demás por lo que son y no por lo que tienen, que elige y conserva lo que necesita y le gusta, es un consumidor inteligente.
4. Un consumo saludable.
Sé fuerte. Un consumidor que lleva una vida balanceada, hace ejercicio, duerme bien, modera su consumo de alcohol, no se automedica y evita fumar es un consumidor inteligente.
5. Un consumo sustentable.
Tu yo verde. Cuando un consumidor reduce los efectos de su consumo en el ambiente, al elegir productos ecológicos, ahorrar energía y agua, separar la basura, caminar en vez de usar el auto y aprovechar los productos antes de tirarlos, está siendo un consumidor inteligente.
6. Un consumo solidario.
La parte responsable. Un consumidor que considera los efectos de su consumo en los demás y prefiere productos artesanales o de proveedores socialmente responsables, con políticas laborales justas y procesos de producción limpios, es un consumidor inteligente.
Recuerda: somos seres humanos y lo que nos hace diferentes de los demás seres es la inteligencia; si aplicamos estos elementos en nuestra vida podremos tener decisiones de consumo inteligente y, por ende, vivir mejor y estar satisfechos con lo que tenemos.