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Ortiz por limitar dividendos de bancos

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finanzas-Entre 2003 y 2011 los bancos extranjeros han pagado dividendos por 20 mil millones de dólares, aproximadamente lo mismo que pagaron al adquirirlos.

-El ahorro interno de los mexicanos es utilizado por los bancos extranjeros para recapitalizar sus matrices, privando a México y a otros mercados emergentes de recursos.

-Los mercados emergentes deberían considerar, cuanto antes, obligar a las subsidiarias de bancos globales a limitar el pago de dividendos a sus matrices y/o enlistarse en los mercados de valores locales.

-No habría mejor tiempo que el actual para limitar la expansión de la banca global.

 

En un artículo de opinión publicado hoy lunes en el influyente diario británico Financial Times, Guillermo Ortiz Martínez, Presidente del Consejo de Grupo Financiero Banorte, hace hincapié en la imperante necesidad de que las economías emergentes, como es la mexicana, implementen medidas que permitan limitar la expansión de la banca global, reforzando un marco regulatorio que proteja a las filiales de la debilidad de sus propias matrices. 

Ortiz Martínez señala que “no hay mejor tiempo que éste, en que las finanzas globales están siendo rediseñadas para evitar que se repita una de las peores crisis bancarias. El resultado tendría importantes implicaciones para la rentabilidad, solvencia y capitalización de los bancos. Pero hasta ahora, los mercados emergentes han tenido una participación muy limitada en este debate”.

Al referirse a México, señala que, después de la “crisis del tequila” en 1994, el gobierno rescató a todos los ahorradores y llevó a la práctica reformas para rescatar al propio sistema bancario. Dado que los inversionistas locales no estaban dispuestos a inyectar capital fresco, se permitió la participación extranjera para recapitalizar a los bancos. Luego de esta recapitalización y de la limpieza del balance general, los bancos obtuvieron una mayor rentabilidad, lo que condujo a un incremento en el pago de dividendos. En síntesis, este ha sido un negocio increíblemente rentable para los bancos internacionales. Pero, no para México.

El valor de los cinco bancos más grandes que operan en este país (a dos veces su valor en libros) es de alrededor de $75 mil millones de dólares. Entre 2003 y 2011, los dividendos que pagaron los bancos de propiedad extranjera ascendieron a $20 mil millones de dólares, lo cual equivale aproximadamente a lo que se pagó originalmente por ellos. El pago de dividendos ha sido de tres cuartas partes de las utilidades anuales. Si en vez de ello hubiesen desembolsado una quinta parte de las utilidades en dividendos, como lo hacen en promedio los bancos locales, la razón de crédito otorgado a Producto Interno Bruto, que hoy es de 23%, estaría entre 28% y 38%. Hoy en día, los ahorros internos se utilizan para recapitalizar a los bancos extranjeros, privando a México, y a los mercados emergentes en general, de recursos.

Guillermo Ortiz Martínez escribe que “antes del colapso de Lehman Brothers’ en 2008, el paradigma que prevalecía era la globalización del sistema bancario. La necesidad de recapitalizar a los sistemas bancarios en mercados emergentes creó una oportunidad única para que los bancos globales se expandieran. Entonces se veía como una fortaleza otorgar a las subsidiarias acceso al capital y a la liquidez de una matriz más sólida. Pero tras la crisis de 2008, se derrumbaron muchos viejos paradigmas, pues las empresas matrices no contaron con el capital para cumplir con los requisitos normativos.

En contraste, las subsidiarias fortalecieron su perfil financiero como respuesta a un marco normativo más prudente y a una supervisión local más estricta. Los bancos de mercados emergentes se volvieron una fuente de estabilidad. Así, muchos bancos de la Eurozona enfrentan un círculo vicioso de menor rentabilidad, crecimiento limitado, morosidad y castigos crediticios más altos, así como requisitos de mayor capital. En consecuencia, están volteando hacia sus subsidiarias en busca de rentabilidad, liquidez y capital, o bien, están reduciendo su exposición en mercados emergentes al desapalancar sus activos y venderlos”, advierte Guillermo Ortiz Martínez.

Para el ex Gobernador del Banco de México, mercados emergentes como el nuestro deberían considerar a la brevedad obligar a las subsidiarias de bancos globales a limitar el pago de dividendos y/o enlistarse en los mercados de valores de cada país. Listar en las bolsas locales – dice – “alinearía los intereses del banco extranjero con los de las economías que los acogen y probablemente moderaría la transferencia de recursos hacia las empresas matrices”.