Las redes sociales (Facebook, Twitter y Linkedin) se han convertido en un gran negocio, con millones de usuarios en todo el mundo que entran a diario para conectarse con amigos, colegas y socios comerciales. Sin embargo, también hay otras más especializadas, diseñadas para conectar a la gente que comparte ciertos intereses, como por ejemplo, el mercado de divisas.
Los operadores minoristas del sector siempre han querido contar con una comunidad en la que puedan aprender unos de otros y compartir consejos e información importante.
Anteriormente utilizaban los foros en línea a pesar de que eran intrínsecamente limitados, ya que no reflejaban el tipo de interacción que se suele encontrar en situaciones sociales reales y tampoco permitían ser selectivos en cuanto a la gente con la que los usuarios se querían comunicar.
Una de las principales razones de la popularidad de las redes sociales de divisas entre los operadores en línea es que la negociación minorista de monedas es una actividad intrínsecamente solitaria.
Sentarse a solas delante de un monitor a mirar las publicaciones de noticias puede resultar una actividad muy rentable, pero también un tanto solitaria. Las redes sociales permiten a los operadores conocer a otras personas que comparten su interés de manera que puedan intercambiar notas, dar consejos y hacerse compañía mientras trabajan.
A su vez, une a personas de todo el mundo que de otra manera no tendrían la posibilidad de conocerse. Esto hace que la ubicación física pase a ser mucho menos importante que hace una o dos décadas.
Las redes sociales de divisas fueron creadas en 2009 y, desde allí, su popularidad se ha disparado entre los operadores. En estos momentos, están limitadas por el ancho de banda, pero a medida de que mejora la tecnología, lo normal es que vayan contando con elementos nuevos como la videoconferencia y la comunicación por voz.
Asimismo, se puede esperar características como la negociación en grupo o seminarios virtuales a gran escala. Muchas ya ofrecen seminarios en línea en los cuales expertos comparten sus conocimientos con los operadores minoristas y sus miembros pueden intervenir preguntando o aportando sus propios consejos.
Estas herramientas pueden servir para incrementar el conocimiento sobre el mundo de la negociación con divisas, y preguntar a gente a la que difícilmente se podría acceder en el día a día.
Su formato permite a los operadores aprender de los errores de los demás, así como de sus éxitos, y expone a los usuarios a muchos estilos diferentes de transacción.
La tecnología de la traducción es otra área en la que se está avanzando a pasos gigantes, y cuando haya terminado de madurar, se podrá mantener comunicaciones con operadores sin importar las diferencias lingüísticas.
Básicamente, existen dos tipos de redes sociales de divisas, las que ofrecen los agentes para el uso exclusivo de sus clientes y las de libre acceso. Ambas tienen puntos positivos y negativos.
La principal ventaja de las que son exclusivas es que todos sus miembros negocian en la misma plataforma, con lo que se pueden ofrecer entre sí consejos más específicos y relevantes a través de esta herramienta.
Sin embargo, suelen tener muchos menos miembros y los debates son limitados en cuanto a su alcance. Asimismo, puede haber cierto conflicto de intereses por parte del broker que la ofrece.
Para que una comunidad en línea tenga éxito, debe contar con cierto grado de transparencia y si bien estas redes tienen que estar supervisadas por el propio agente, en realidad éste suele tener muy poca influencia sobre el contenido de la red y, además, su labor se limita a eliminar material inapropiado o a añadir sus propias contribuciones.
Las redes sociales de divisas independientes tienen la ventaja intrínseca de que cualquiera puede unirse; lo que significa que suelen contar muchos más miembros, lo que las hace fuentes mucho más abundantes de talento para operar.
Sin embargo, esto puede ser también un arma de doble filo, ya que una comunidad más grande no tiene porqué resultar más cercana y hasta puede resultar complicado forjar relaciones útiles.
Además, si bien es cierto que pueden ofrecer un nivel mucho más elevado de imparcialidad, las posibilidades de recibir información errónea y publicidad encubierta son más elevadas.
Unirse a una red social de divisas depende, en gran medida, de la propia personalidad de cada participante y del nivel de implicación en la negociación que tenga.
Si lo único que desea es realizar apuestas de transacciones especulativas y no está interesado en comunicarse con otros operadores, puede que no valga la pena. No obstante, si busca hacerlo relativamente en serio y quiere aprender, entonces es muy recomendable.
Recuerde que siempre existe el riesgo de que lo aconsejen mal o le ofrezcan una falsa sensación de seguridad. Sin embargo, si se mueve con cierto nivel de escepticismo, tendrá mucho que ganar.