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Enrique Peña Nieto: gobierno de resultados

Como ocurre entre los corporativos donde la eficiencia de los directores generales se mide por sus resultados, con el Presidente de la República debería pasar algo similar.

Las primeras semanas de la administración de Enrique Peña Nieto sin duda han sido distintas a las de sus antecesores, incluso del propio PRI, y si bien la coyuntura económica le ha sido favorable al político mexiquense, ha demostrado que sabe qué hacer con el poder.

En el caso de Ernesto Zedillo Ponce de León el llamado ‘error de diciembre’ y la crisis económica que sobrevino marcaron su sexenio.

Por lo que toca a la administración de Vicente Fox Quesada, jamás pudo aprovechar su capital político para promover en el Congreso los grandes cambios que le exigía el electorado al darle el triunfo en las urnas.

Y bueno, el arranque de Felipe Calderón Hinojosa estuvo empañado por la presión de Andrés Manuel López Obrador, que cuestionó la legitimidad del triunfo electoral del panista, y luego el resto de la historia usted la recuerda bien, el acento estuvo en la lucha contra el narcotráfico que le generó un terrible desgaste entre la opinión pública.

Del inicio de la administración de Peña Nieto me quedo con 2 actos relevantes: la firma del Pacto por México, que sigue siendo el gran vehículo para poner de acuerdo a los partidos políticos y la detención de la presidenta vitalicia del SNTE, Elba Esther Gordillo Morales, que manda una señal muy clara de que en su gobierno no habrá intocables.

Esta semana algunos han criticado las palabras del presidente nacional del PAN, Gustavo Madero, quien ha elogiado la gestión de Peña Nieto, pero es la realidad, incluso los más escépticos del regreso del PRI a Los Pinos se han sorprendido porque están viendo un gobierno eficaz. Qué bueno que una parte de la oposición así lo reconozca.

Ahora a Peña Nieto no le queda otra que seguir dando resultados, lo que no será fácil, dada la complejidad de empujar entre los legisladores las reformas que tantos años ha pospuesto el país, como la de telecomunicaciones, la fiscal y en especial la energética, aunque las medidas adoptadas en poco más de tres meses de su gobierno hacen pensar que éste sí puede ser en los hechos el sexenio del cambio.