La resolución dada a conocer por el Departamento de Justicia de Estados Unidos (DOJ, por sus siglas en inglés) en contra de la compañía Baxter Inc. que preside a nivel global José Almeida, no sólo afectará al mercado norteamericano, sino tendrá un impacto en la dirección regional en México y Latinoamérica, que encabeza Jaime Alberto Upegui.
La sanción del DOJ, con una multa de más de 18 millones de dólares (alrededor de 17 millones de euros) está fundamentada en malas prácticas en la producción de Baxter, ya que contaminó soluciones estériles intravenosas en su planta de Carolina del Norte.
La información dada a conocer por las autoridades norteamericanas, detalló que Baxter tiene “responsabilidad civil y penal” porque entre julio de 2011 y noviembre de 2012, introdujo en el comercio interestatal una partida de fármacos que se produjeron sin seguir las buenas prácticas de fabricación de productos estériles diseñadas que establece la FDA.
El tema central es que un empleado de la planta de Baxter, de manera responsable, reportó la localización de “moho” en los filtros de alta eficiencia de absorción de partículas donde se fabricaban dichos productos, sin embargo, la compañía se hizo de la vista gorda y no interrumpió la producción. La denuncia del empleado se ratificó con una inspección de la FDA revelando la presencia del hongo.
Lo interesante del caso es que Baxter no sólo enfrenta este tipo de temas con la FDA. El organismo regulador tiene registros de “eventos adversos” con pacientes renales por el sistema de succión de la máquina de diálisis peritoneal automatizada. El tratamiento se ofrece en México para atender a los denominados “prevalentes” del IMSS y Baxter lo presenta como una opción que garantiza seguridad y calidad de vida.
Si eso sucedió en Estados Unidos, ¿qué prácticas seguirá en su planta en Morelos? Es pregunta que hace eco porque Baxter tiene una larga lista de casos, solo hay que recordar los hemoderivados contaminados y la historia de la heparina de China en 2007.