Por José Antonio Chávez
Para nadie es sorpresa que Andrés Manuel López Obrador haya tomada la decisión de imponer la candidatura de Claudia Sheinbaum, pues sigue con su marcada soberbia y necedad, una estrategia fallida que lo llevó perder la presidencia en el 2006.
Esa decisión provocó que Ricardo Monreal, un activo político significante para el proyecto de López Obrador, esté en la línea de separarse. Hay ofrecimiento de los partidos Verde, MC, PT, PRD y Encuentro Social para que vaya como abanderado al gobierno de la CDMX.
Monreal tiene los números y los que lo conocen confirman que no bajara la guardia. Va por la candidatura y no será precisamente por Morena. La viabilidad es la ruta independiente con el respaldo de esas cinco fuerzas que se sumaría incluso el PAN y hasta disfrazados el PRI.
De concretarse lo que ya identifican como “la gran alianza”, sin duda los números frustrarían el triunfo de Morena y la marca de López Obrador.
Dicen los que saben que Miguel Angel Mancera ya contempla el plan de respaldar con todo a Monreal.
La inminente ruptura provocada por la necedad del dueño de Morena, y ser autoritario, puede llevar las afectaciones a su proyecto presidencial, porque de entrada perdería más de un millón 500 mil votos en la capital y que le podría registrar Monreal.
Además, en Jalisco los votos del alcalde de Guadalajara, Enrique Alfaro que lleva un 60 por ciento de aceptación en el estado y como probable nuevo gobernador, mermarían en automático, así como en Veracruz, que es la tierra de Dante Delgado.
La mala jugada de López Obrador lo pone en riesgo de no llegar a Los Pinos, perder la CDMX y no lograr los objetivos de mayoría en el Congreso. Es más, una minoría en la propia Asamblea Legislativa y las alcaldías de esta capital. El tema va agarrando color.
Si bien en el PRI de Enrique Ochoa los satélites del partido arrancaron fortalecer su movilización, bueno, en el Organismo nacional de Mujeres Priistas, que encabeza Hilda Flores lleva una cirugía quirúrgica para remover en Nuevo León, a Elisa Treviño, que desde hace un año venció su cargo. Desde luego que esa posición es clave para apuntalar la promoción del voto para el que salga candidato del PRI a la Presidencia en el 2018.
Marko Cortes, como mandamás de los diputados panistas llamó cerrar filas para no dejar pasar la imposición de los priistas de imponer el pase automático a Raúl Cervantes de Procurador a Fiscal de la Nación. Un revés al PRI que inició Fernando Herrera del Senado con el líder Ricardo Anaya.