Por Dulce María Briones
Octubre es el Mes de la sensibilización sobre el Cáncer de Mamá, padecimiento que afecta a millones de mujeres en el planeta. Como parte de la solidaridad para luchar contra esta cruel enfermedad, hombres y mujeres portan un listón rosa, que comenzó a usarse en 1991, cuando la Fundación Susan G. Komen los obsequió a los participantes de una carrera en la ciudad de Nueva York, en alusión a los sobrevivientes del cáncer de mama.
En México, cada 24 horas, mueren 15 mujeres a causa del cáncer de mamá, lo que se traduce en que este mal sea la principal causa de muerte entre las mexicanas. Supera otras enfermedades como la diabetes y las enfermedades del corazón.
A nivel mundial, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se diagnostican 1 millón 380 mil nuevos casos de cáncer de mama y se producen, a nivel global, 458 mil defunciones por este padecimiento.
De ellas, 269 mil fallecimientos se producen en los países con ingresos bajos y medios, donde la mayoría de las mujeres con cáncer de mama se diagnostican en estados avanzados debido a la falta de sensibilización en la detección temprana y a la falta de servicios de salud.
Como casi todo en cuestión de salud, lo mejor es prevenir. De lo contrario, las causas físicas, emocionales y económicas son catastróficas.
Según el estudio “Costos de la atención del cáncer de mama en México: análisis en dos escenarios de cobertura”, del Instituto Nacional de Salud Pública”, el costo promedio anual en una institución de seguridad social es de 6,734 dólares. Además, el mismo documento indica que, para 2010, “en el sistema público de salud el tratamiento 5 del cáncer de mama representó 21.2% del gasto total asignado por el Fondo de Protección contra Gastos Catastróficos (FPGC), el cual a su vez representó 1.98% del gasto público total de salud del país”.
El estudio agrega que los procedimientos médicos incluidos para la estimación de los costos de diagnóstico fueron consultas médicas, biopsias, estudios de radiología, estudios de laboratorio clínico, estudios de patología y otros estudios de diagnóstico, además de intervenciones quirúrgicas, quimioterapia, radioterapia y terapia hormonal.
Sin lugar a dudas, un costo que no puede ser solventado por la gruesa mayoría de los mexicanos.
Hay diversos factores que contribuyen a la aparición de esta enfermedad, entre los que se encuentran el tabaquismo, antecedentes de un familiar con cáncer de mama, tener 40 años o más, haber tenido la primera menstruación antes de los 12 años, usar anticonceptivos hormonales por más de 5 años, tener el primer hijo después de los 30 años, no haber tenido hijos, tener la última menstruación después de los 52 años, tomar hormonas para la menopausia, obesidad y falta de actividad física.
Basta decir que ya para 2004 se atribuyeron al tabaquismo 1.6 millones de las 7.6 millones de muertes por tabaquismo.
Por si no fuera ya demasiado, para el año 2014 el sistema de salud público solamente contaba con 689 mastógrafos en todo el país.
Por todo lo anterior y para cuidar en primer lugar su salud, pero también su entorno familiar y su salud financiera, no deje de autoexplorarse constantemente, acuda a realizarse una mastografía una vez al año y esté atenta a reconocer signos anormales en el color de la piel, en la forma del seno, bultos de consistencia dura, regulares o irregulares, cambios en el pezón o secreciones.
No lo tomemos a la ligera. Invertir un poco de tiempo nos puede ahorrar sustos, catástrofes familiares, recursos y, lo más importante, mantener nuestra salud lo mejor posible.
No lo echemos en saco roto. Por nosotras, por nuestras familias, hijos, parejas y por supuesto, nuestros bolsillos.