Por Citibanamex
Mientras Banxico se prepara para su decisión de política de mayo, nosotros cambiamos nuestro pronóstico de tasa de política monetaria a un primer recorte en septiembre, en lugar de junio. Ahora nos parece que tomará más tiempo para que la combinación de factores relevantes inclinen la balanza a favor de un recorte de tasa. Estamos revisando a la baja nuestro pronóstico de crecimiento del PIB para 2019 a 1.2% de 1.4% anteriormente, aun cuando seguimos previendo una tasa trimestral positiva del PIB en 2T19. Mientras tanto, la inflación de abril (en particular la subyacente de servicios) es motivo de preocupación e incluso podría llevar a Banxico a revisar sus trayectorias en su Informe Trimestral.
Las consideraciones de estabilidad financiera jugarán un papel más importante en la toma de decisión de Banxico. La administración de AMLO ha reiterado su compromiso con un manejo fiscal prudente a pesar de circunstancias más retadoras, pero hasta ahora es claro que las convicciones ideológicas ocupan un mayor espacio en debates clave dentro del gobierno. Nuestra opinión de esta administración, para la cual la inversión es una variable clave, nos lleva a un escenario de mediano plazo más retador, con un crecimiento del PIB en promedio de 1.9% entre 2019 y 2024, lo cual lleva a un deterioro gradual del marco macro.
Al respecto, el reto de la política de mediano plazo es que el proceso continuo incorporado en nuestros pronósticos puede llevar a cambios discretos. Esto no solo implica un enfoque más prudente de política monetaria, con una “tasa final” más alta (entre 2019-2024 la tasa de política estaría en un promedio de 7.0% vs. 4.8% en la última década) pero también un enfoque más ad hoc ya que el diseño de los ciclos de política está dañado por la incertidumbre. Una solución a este acertijo sería un énfasis de la administración de AMLO en reactivar “espíritus animales”. En el análisis final, ofrecer un mejor entorno de política económica es una tarea de la política económica.