Por José Antonio Chávez
La semana pasada le comenté, cuando se registraron los hechos de Culiacán que el riesgo era mayúsculo porque los aliados del “Chapo” están dispuestos a morir en la raya.
Que quiere decir, bueno que saben operar y la prueba está que sometieron a militares pero lo más grave que tenían en la mira a sus familias que es lo preocupante.
Aplicaron el intercambio de presos, tú nos das a Ovidio –Guzmán- y nosotros te damos a tus militares y no asesinamos a sus familias.
No crea que fue fantasía, no, es lo que se escucha en las frecuencias de los radios de los chapos y militares. Tenían en la mira a las familias, además de los soldados retenidos.
“A ver tu guacho al mando suéltalo y vete tranquilo y no se te va a hacer nada. Todos los guachitos que tengan ubicados ubiquen a sus familias”. Es un fragmento de lo que se escucha en los radios.
Ese fue el intercambio, la pregunta es ¿el Presidente Andrés Manuel López Obrador tenía otra opción? Y no es por defenderlo, no, es porque la salida que le dieron tanto el general Cresencio Sandoval como el Secretario de Seguridad, Alfonso Durazo, creo que fue la más acertada.
Primero porque el gobierno llevaba las de perder, el operativo fue fallido porque nunca de planeo adecuadamente y eso puso a López Obrador por debajo de la defensa.
Dos, porque si no hubiesen optado por liberar al Chapito, simplemente Culiacán estuviera, hoy en las noticias del mundo como la masacre de AMLO y la 4T, y familias de luto.
¿Cuántos muertos?, quien sabe, pero decenas sí que incluirían, sin duda, esposas, madres e hijos. En estos casos no se respetan las reglas de no meterse con la familia. Ovidio es un hijo del Chapo, el capo está procesado.
Bueno, esa pudiese ser la respuesta que consideramos sobre su liberación, si fue acertada o no.
Ahora, vamos al fondo. Desde luego que tiene toda la razón el general secretario de la defensa, Luis Cresencio Sandoval que fue precipitado y desordenado el operativo.
No midieron al enemigo y las consecuencias es que esa precipitación o hasta chivatazos de los mismos elementos de la Policía del gobierno de Quirino Ordaz y uno que otro de los milicos de esa zona, pudo alertar al Chapo.
Obviamente tiene que haber severos castigos, sacar la guillotina y cortar cabezas de los niveles que corresponda, porque de que hubo yerros, claro que los hubo. Esas consecuencias obligaron a Durazo y al propio general Sandoval comer sapos y no hacer gestos. Y qué decir del propio Presidente sin palabras para defender lo indefendible.
En todos los casos, el problema ahora es que se alteró la vida de las familias de los militares, obliga que los soldados no puedan gozar de tener residencia en las entidades donde van a combatir al crimen organizado y no podrán vivir con ellos porque desde ahora estarán en riesgo total, no solo en Culiacán, sino todo el país.
Cerrar filas el llamado
Los gobernadores y políticos tuvieron un buen gesto de llamar a cerrar filas con el Presidente ante los hechos de Culiacán. Alejandro Murat que recibió al mandatario, en Oaxaca levantó la voz luego luego en señal de solidaridad.
Hoy Oaxaca cierra filas con su gobierno a favor de las únicas causas que nos mueven que son las familias oaxaqueños y de todo México. Estaremos listos y coordinados para enfrentar aquellos que no representan los valores y principios de los mexicanos.
Ricardo Monreal, como líder del Senado fue de los primeros que llamó a cerrar filas con el Presidente, la idea es fortalecer el Estado mexicano. También el propio Mario Delgado mandamás de San Lázaro.
Le siguió Manuel Velasco, coordinador de la bancada del Partido Verde que se suma respaldar su fracción para empujar el proyecto de López Obrador.
Pero los adversarios del Presidente en la cúpula empresarial le atizaron que debería dar una explicación del operativo fallido. Casi le gritaban su falta de carácter.
Dos bajas en el PRI
La sorpresa fue que el ex senador Arturo Zamora decidiera renunciar a la CNOP del partido Revolucionario Institucional que lidera el ex gobernador de Campeche, Alejandro Moreno”Alito”.
Le digo sorpresa porque este partido que le dejaron todo destartalado a “Alito” los salientes de Los Pinos, que López Obrador llamó la casa embrujada, tenía en Zamora un activo muy importante para el proyecto que quiere empujar su nuevo liderazgo.
Cayó como balde agua helada incluso a los dirigentes estatales de la CNOP y hasta del partido, pues veían en Zamora un priista de hueso colorado como “Alito” y que sería una pieza clave para fortalecer los cimientos de este nuevo movimiento de levantar al tricolor. Su argumento es darle espacios a las nuevas generaciones. Ni hablar.
Y la otra baja, es del líder de la FSTSE, Joel Ayala que, después de 40 años de militar en el PRI decidió poner fin. Su salida fue consensada en su gremio que en acuerdo van por un nuevo proyecto que puede ser partido político, hoy será denominado una agrupación independiente, plural y democrática.
Y puede estar seguro que Ayala cuenta con el número necesario para reunir las firmas que el INE de Lorenzo Córdova les solicita. De entrada anote que los nuevos integrantes serán los que se agrupan en los sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado, agregue la fuerza de Luis Miguel Victoria Ranfla del ISSSTE que sin duda no escatimará ¿cuántos millones serán?