Por: Agustín Vargas
- Pobre 43.9% de los mexicanos
- Deficiente gestión en salud
- Inflación, el otro flagelo
El gobierno de México a través de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, que encabeza Rogelio Ramírez de la O, insisten en presumir un panorama totalmente optimista para el país, cuando la realidad y las cifras demuestran debilidades estructurales de la economía, como el crecimiento de la pobreza y la inflación desbordada, fenómenos que superan la ficción gubernamental.
En su informe sobre la Situación Económica, las Finanzas Públicas y la Deuda Pública al segundo trimestre de 2021, afirma que “La economía de México se encuentra en una fase sólida de recuperación gracias al fortalecimiento del mercado interno, que se ha consolidado con la apertura de las actividades económicas derivada del avance del programa de vacunación contra el Covid-19”.
Si bien han habido avances en la mayoría de los indicadores macroeconómicos como resultado del “efecto rebote” tras el reinicio paulatino de la actividad productiva, no han sido suficientes para compensar las caídas provocadas por la pandemia y a la debilidad que ya mostraba la economía previamente. Más aún, los avances hasta ahora no indican un regreso al crecimiento, más allá de la recuperación tipo rebote.
Según el reporte de la SHCP, las finanzas públicas no muestran desequilibrios preocupantes, aunque en su estructura se siguen arrojando señales de debilidad en la parte de los ingresos, que enfrenta fragilidad de sus fuentes recurrentes. Por el lado del gasto se continúa canalizando los recursos a programas con rentabilidad social y económica dudosa u opaca en el mejor de los casos, que poco aportan al crecimiento económico y al bienestar social.
Eso se refleja en buena medida en las estimaciones recientes del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) que muestran que de 2018 a 2020 el porcentaje de la población en situación de pobreza se elevó de 41.9% a 43.9%, lo que significó 3.8 millones de personas más en esta situación. Por su parte, el porcentaje de población en pobreza extrema se elevó de 7.0% a 8.5%, un aumento de 2.1 millones de personas más en este segmento.
La medición oficial de la pobreza en México realizada por el Coneval, institución que encabeza José Nabor Cruz Marcelo, en su calidad de secretario ejecutivo, indicó que habían 55.7 millones de personas en situación de pobreza en 2020, 43.9% del total de la población, de las cuales 10.8 millones (8.5%) estaban en situación de pobreza extrema.
Salud, deficiente gestión
En términos de resultados de la política pública y de gasto resalta la deficiente gestión del sector Salud, precisamente dentro de la peor emergencia sanitaria que ha vivido la humanidad en la modernidad.
Entre 2018 y 2020 el porcentaje de la población con carencia por acceso a los servicios de salud se elevó fuertemente, al pasar de 16.2% a 28.2%. En otras palabras 15.6 millones de personas carecieron de este servicio, al que sí tenían acceso en 2018.
Relacionado con ello, está el significativo incremento en el gasto de los hogares destinado a servicios de salud, que de acuerdo con los datos de la Encuesta Nacional de Ingreso Gasto de los Hogares entre 2018 y 2020 tuvieron un incremento real de 40.5%.
Respecto a las perspectivas de crecimiento y bienestar el exiguo gasto en inversión física es una fuerte limitante. Dichas erogaciones se redujeron tanto respecto a lo programado (-47.4 mmp), como a lo ejercido el año pasado (-8.3% real).
Si como presume el gobierno de la autodenominada 4T que las finanzas públicas son superavitarias, bien haría en orientar más recursos a inversión productiva, a mitigar los efectos de la pandemia -ante el elevado ritmo de contagios- y a implementar reformas estructurales que generen inversiones sólidas.
De lo que se trata es de impulsar una reactivación de la economía no sólo para recuperar los niveles previos a la emergencia sanitaria, sino para facilitar una senda de crecimiento económico a futuro, que permita resarcir y elevar los niveles de bienestar de los hogares.
Inflación, el otro flagelo
Al igual que la pobreza, la inflación en el país se está convirtiendo en un flagelo que, hasta ahora, no ha podido controlar el Banco de México, que encabeza Alejando Díaz de León, y que ha mermado de manera escandalosa el bolsillo de las familias mexicanas.
La inflación de julio nuevamente superó las expectativas del mercado, al ubicarse en una tasa anual de 5.81%, resultado de un incremento mensual en precios de 0.59%.
Las presiones inflacionarias son evidentes, tanto en el componente subyacente (precios de alimentos y bebidas, de alto consumo, principalmente) como en el no subyacente (bienes y servicios). Preocupa en especial el alza en el subyacente, al ser la inflación medular de la economía y con eso determinar la tendencia de largo plazo de la inflación general.
Si bien la inflación es un fenómeno que se relaciona con la oferta y demanda de bienes y servicios, a nivel mundial los precios de éstos han sufrido escaladas importantes, pues la oferta sigue afectada para muchos productos y servicios, mientras que la demanda ha subido por la reapertura económica y la gran cantidad de estímulos fiscales y monetarios que extienden las grandes economías.
En México, la inflación acumula 10 quincenas por encima del 4%, con el componente subyacente al alza durante 8 meses. En casi todas las quincenas de este año, la inflación general y subyacente han sido las mayores en varios años.
Los datos de julio destacan que la inflación subyacente fue de 4.66% anual, la más elevada desde diciembre del 2017, con una inflación mensual subyacente de 0.48%, la mayor para un mes de julio desde 1999. El 60.71% de la inflación general mensual estuvo explicado por la parte subyacente, con los precios de las mercancías subiendo a una tasa mensual de 0.58% y a una tasa anual de 5.74%.
En el componente no subyacente, la inflación anual se ubicó en una tasa de 9.39% anual y 0.93% mensual. Los precios de los productos agropecuarios subieron a una tasa mensual de 0.74% y los energéticos de 1.49% mensual y 14.41% anual.
En los productos energéticos el mayor incremento mensual se observó en el precio del gas doméstico LP con 5.77%, siendo el componente que acumula la mayor inflación en el año con 27.51%.
Algunos analistas advierten que el escenario es más oscuro para México, pues aquí se vive una alta inflación, con una recuperación incompleta de la economía y con decisiones de política económica (reformas, consultas públicas y forma de gasto de gobierno) que frenan el crecimiento económico.
¿Será que los especialistas y la población en general tengan “otras cifras”, distintas a las del gobierno lopezobradorista y se atrevan a falsear la realidad económica del país? O visto de otra manera, ¿será que la realidad económica del país ha superado la ficción gubernamental? Ahora que estamos en la consultitis populachera, bien podrían tomarse en cuenta nuestras preguntas.