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Elecciones 2022

Tiempo de lectura: 3 minutos

Por: Miguel Tirado Rasso

La polémica fórmula de las encuestas para designar candidatos a puestos de elección popular parece que llegó para quedarse como método oficial de los procesos electorales de la 4T. Habría que señalar que, principalmente, para los partidos de izquierda, al menos, los que en nuestro escenario político se dicen de esa corriente ideológica, la selección de candidatos representa una auténtica prueba de fuego para la unidad partidista, pues, por lo general, estos procesos transcurren entre enfrentamientos, ataques, impugnaciones y hasta fracturas, con un final que a nadie deja satisfecho.

Y es que, nuestros actores políticos aprecian, apoyan y defienden la democracia, aunque prefieren que se aplique “en los bueyes de mi compadre”, pues cuando los resultados no les favorecen, esgrimen toda clase de argumentos para no acatarlos. En sí, en el caso de la elección de candidatos, el menor de los problemas es el método, porque cualquiera debiera funcionar, encuestas, elecciones internas abiertas o cerradas, sistema de convenciones o asambleas de delegados. Todos sistemas democráticos válidos, cuya aplicación depende del grado de participación que los estatutos de los partidos o sus liderazgos establezcan o convengan para el proceso de selección. El método del dedazo, del otrora partidazo (PRI), parece descartado, aunque siempre existe la posibilidad de que la 4T encuentre una nueva fórmula de aplicación con corcholatas y sin tapados.

Morena no ha sido la excepción en el tema de procesos accidentados. Su procedimientos de selección interna de liderazgos y de candidatos a cargos de elección popular, no se han caracterizado, precisamente, por lo terso de su desarrollo. Los tropiezos en la selección de candidatos, no pocas veces colocaron a su dirigente, Mario Delgado, en serios aprietos. Aprendida la lección, el presidente de Morena ha declarado que para el proceso electoral de 2022, en el que estarán en juego las gubernaturas de los estados de Aguascalientes, Durango, Hidalgo, Oaxaca, Quintana Roo y Tamaulipas, los candidatos de su partido serán designados por el método de la encuesta. Ah, y también en el caso del candidato presidencial. Pero esto, lo comentaremos con mayor amplitud, en otra ocasión.

Por lo pronto, Morena informó que en el registro de aspirantes para contender por las 6 gubernaturas, se inscribieron 156 personas. Que el Consejo Nacional, que preside Bertha Luján, hará la selección de dos hombres y dos mujeres, por estado, “que cumplen mejor con el perfil de Morena para ser los candidatos”, además de que el CEN podrá incluir dos aspirantes más, también por entidad. El dirigente explicó que, para designar a sus candidatos, se harán dos encuestas espejo, además de la que realice el partido y que se garantizará que, al menos, tres de las seis postulaciones sean para mujeres. 

Habría que señalar, que el método de las encuestas que tanto defienden en Morena, ha tenido sus tropiezos en otros procesos, ante la falta de transparencia con que se han manejado. De un momento a otro, la dirigencia de Morena anuncia los resultados sin dar mayor información sobre qué empresa lo realizó, cuál fue la metodología, cuál fue el cuestionario, cuántas personas se encuestaron o mostrar algún documento relativo. La secrecía con que se procede da lugar al sospechosismo, pues nunca publican los resultados. Así, esta fórmula resulta cómoda para la dirigencia del partido que informa sin mayores elementos, evade explicaciones y cierra la discusión. Es una apuesta  a la buena fe del árbitro.

El mapa político electoral para 2022, hoy, se ve favorable a Morena. Sólo en Aguascalientes, aparece el PAN con posibilidades de retener la gubernatura. Oaxaca, gobernada por el PRI, se da por perdida. No parece que el tricolor le lleve la contra al gobernador más morenista del PRI. Hidalgo, también de este partido, es uno de los últimos estados sin alternancia. Una de las aspirantes a la gubernatura es la secretaria general del CEN del PRI, Carolina Viggiano, esposa del coordinador de la bancada tricolor en la Cámara de Diputados, Rubén Moreira, cuyos votos necesita la 4T para la contrarreforma eléctrica. Sin comentarios. Durango, Quintana Roo y Tamaulipas, son el gran reto para el PAN que debiera conservarlos, pero se ve difícil. Este partido necesita acabar con las divisiones internas y sumar fuerzas para competir con posibilidades. El tiempo se les está acabando.