Por: José Antonio Chávez
Hoy iniciamos una nueva era en este gran proyecto del diario El Independiente, la tarea es llevar contenidos de interés a nuestros lectores, desde luego que no sería posible sin la confianza de nuestro director general, Carlos Ramírez. Gracias
El líder del Pan, Marko Cortés anunció una reforma para llevar a segunda vuelta las elecciones presidenciales cuando el ganador no haya logrado más de la mitad de los votos.
Es una reforma muy ambiciosa si tomamos en cuenta que los candidatos difícilmente pueden obtener más del 50 por ciento, salvo lo ocurrido por el actual Presidente, Andrés Manuel López Obrador con 53 por ciento y 30 millones de votos.
Por ejemplo, las elecciones del 2012 los resultados fueron de una participación de 50 millones 143 mil 616. De esa cifra el triunfo fue para el priista Enrique Peña Nieto con 19 millones 158 mil 592 votos, un 38.2 por ciento.
Mientras que el segundo lugar fue para el candidato, de ese entonces PRD, López Obrador con 15 millones 848 mil 827 y un porcentaje de 32.6 por ciento.
La tercera posición fue para la panista Josefina Vázquez Mota, alcanzó 12 millones 732 mil 630 votos y un porcentaje del 25.3 por, destaca en esos resultados el de Gabriel Quadri que salvó al hoy extinto Panal, logró un millón 146 mil 085 votos con un 2.28 por ciento y dar cumplimento al requisito mínimo para conservar el registro, de esa fecha del entonces IFE que mantenía el 2por ciento.
Porque le cuento de estos porcentajes, porque si se registrará la segunda vuelta, entonces el puntero, en este caso Peña Nieto estaría en riesgo que le arrebataran el triunfo, es decir el segundo lugar podría recibir los votos de la panista que llegó en tercer lugar y hasta los votos de Quadri. Esos serían suficientes para darle el triunfo.
Ese escenario marca que pueden ser los riesgos, desde luego si se logrará cristalizar esa reforma de llevar a la segunda vuelta cuando no alcancen los candidatos más de la mitad de la votación.
Permitiría también abrir acuerdos en los partidos políticos donde sus candidatos no se vieron favorecidos, es decir se convertirán sus votos en votos bisagra, pueden dar el triunfo al puntero o al segundo lugar.
Sin embargo, el propósito de esta reforma sería con la idea de no repetir los resultados del 2006 donde Felipe Calderón, del PAN ganó con menos de un punto a López Obrador.
Fue un empate por el mínimo de ventaja, pero las leyes electorales mexicanas se cumplieron para otorgar la Presidencia al panista.
Esos ejemplos de elecciones cerrada no legitiman el triunfo porque ganaron con una parte menor del 50 por ciento de los mexicanos que votaron y, en consecuencia, fomentarían un enrarecido escenario político con consecuencias en lo social. Un país dividido.
La segunda vuelta, sin duda puede ser una reforma que le dé al país una madurez política para impulsar mayor participación de los mexicanos y que sientan, al mismo tiempo con ello puedan confiar que tendrán mayor valor sus votos.
Presentar la reforma por la bancada del PAN, tampoco le da la certeza que se apruebe porque es de corte Constitucional y se necesitan los dos tercios del Congreso de la Unión y, obviamente ninguna fuerza política hoy la tiene.
Que quiere decir, que sería una reforma que requerirá de mucho cabildeo político para lograr acuerdos y empujarla, pero hoy le puedo adelantar que el escenario no ofrece las condiciones.
PRI no escuchara canto de sirenas por eléctrica
En La Cámara de Diputados que preside el morenista Sergio Gutiérrez, la bancada del PRI de Rubén Moreira, refrendó a los coordinadores del PRD, Luis Espinosa Cházaro y del PAN, Jorge Romero que no entregarán sus votos para la reforma ni electoral ni eléctrica, pues no escucharán el canto de las sirenas que hizo el Presidente para convencerlos, o hasta querer comprarlos, y que las rechazarán, la primera porque atenta contra el INE y, la segunda porque los acuerdos es registrar un nuevo proyecto, vaya una nueva reforma construida por todos los partidos, porque así como está no pasará.
Arrancan elecciones de gobernadores
El domingo arrancaron las campañas en los seis estados para renovar gobernador, los pronósticos hoy se inclinan en tres entidades para Morena, Quintana Roo con Mara Lezama sobre la panista Laura Fernández.
En Hidalgo con Julio Menchaca sobre la priista en alianza con PAN y PRD, Carolina Viggiano. Mientras que Oaxaca, Salomón Jara los números le favorecen. Los panistas buscan conservar Tamaulipas, Durango y Aguascalientes, aunque el primero esta difícil por la aceptación de Américo Villarreal de Morena.
Si Morena cristaliza esos triunfos, engordará su cartera de 17 a 20 estados gobernados, dejaría moribundo al PRI de Alejandro Moreno y le arrebataría un estado, Quintana Roo de Carlos Joaquín al PAN.