Por: José Antonio Chávez
Parece que en el PRI los ex presidentes no entienden que los tiempos ya cambiaron y no se puede quedar con las exigencias desde la comodidad de sus escritorios.
Esas voces de ex presidentes, priistas, que gritan y vuelven a gritar la renuncia del actual líder, Alejandro Moreno “Alito”, son las mismas ausentes que hoy se agachan contra los insultos desde la mañaneras del Presidente Andrés Manuel López Obrador.
Les grita que ese partido en el sexenio pasado fueron rateros, los más corruptos, saqueadores, que no tienen llenadera y parece que son sordos y hasta ciegos, no oyen ni escuchan, pero que tal de bravos, al interior de su partido.
El argumento de algunos exlíderes es que no están en funciones, no son diputados ni senadores, menos alcaldes o gobernadores. Tal vez sea un argumento que no tienen tribuna para contestarle al que manda en Palacio Nacional.
Pero los que están como senadores Claudia Ruiz Massieu y Miguel Ángel Osorio Chong, que son los que están agitando de la renuncia, cuál será su pretexto de seguir nadando de muertito en una bancada que han hecho agachona y falta de crítica, salvo dos o tres legisladores de esa mini-bancada que salen a dar la cara.
Son un grupo de senadores que de entrada están en contra de los priistas en la Cámara de Diputados, basta recordar que en la pasada legislatura, Morena con su mayoría calificada votaba reformas y los senadores priistas la avalaban a pesar que la línea era oponerse a las iniciativas constitucionales que es la única rama para defender sus votos.
Son los mismos senadores que han avalado las reformas de Morena que envió el Presidente sin la menor oposición priista para reclamar y defender el partido que lo han puesto, desde Palacio Nacional del asco.
Sin embargo, el origen de esta crisis del PRI data desde el sexenio del Presidente Enrique Peña Nieto, basta recordar que Manlio Fabio Beltrones como líder del partido, en 2016 perdió 7 de las 15 gubernaturas.
Le echaron toda la culpa, lo responsabilizaron de esas derrotas contra el PAN y aliados del PRD y el sonorense aguantó vara y renunció. Hoy conocemos que la culpa fue del propio Peña Nieto y sus brazos derechos, entre ellos Luis Videgaray y Osorio Chong.
Fue una imposición de candidatos que estaban, de origen condenados al fracaso pero al final del día, los artífices se lavaron las manos, la imagen del partido estaba más que deteriorada por los abusos de corrupción, la Casa Blanca, por el gobernador de Veracruz, Javier Duarte y de Quintana Roo, Roberto Borge, hoy bajo proceso.
Era un PRI insalvable y que desde entonces venía su derrota en caída libre, elección tras elección, por eso hoy los ex presidentes del partido parecen olvidar esos errores y que callaron ante el grupo de los Tolucos que en ese tiempo mandaban.
Claudia Ruiz Massieu, por ejemplo, su gris participación en el Senado no la mueve ni para defender las ofensas que el Presidente López Obrador le hace a su tío el ex Presidente Carlos Salinas. No contestan ni lo mínimo y junto con el mandamás de la bancada agachona, Osorio Chong, parecen estar ausentes del escenario. Lo peor es que todos, excepto el de Yucatán, llegaron por la vía de la beca, es decir plurinominales privilegiados sin esfuerzo.
Los gritos de los ex presidentes del PRI, tal vez deberían ser para llamar a la unidad y armar estrategias para enfrentar las elecciones del estado de México y Coahuila, entidades que son las únicas que le quedan al poderoso que gobernó por 70 años y que, sin duda serán elementales para la sobrevivencia o desaparición del partido.
Banderazo a comercializar medicamentos Mexicanos
La nueva normalidad y la apertura del comercio internacional fue la base para que el presidente de la Asociación Mexicana de Laboratorios Farmacéuticos, Luis Verduzco levantara la voz para exhortar a sus agremiados aprovechar las oportunidades que se ofrecen para que esta industria farmacéutica se fortalezca y avanzar en nuevos mercados.
La idea es diversificar la comercialización de sus productos y aprovechar, hoy el boom por el reconocimiento internacional que tienen las medicinas nacionales. Los 45 laboratorios mexicanos recibieron el banderazo de los programas que impulsen la comercialización de los medicamentos, que aquí se elaboran. Obviamente aprovechar la calidad, confiabilidad y precios competitivos. El Presidente al inicio de su administración, determinó liberar las compras al terreno internacional y fue la ONU la responsable de la comercialización de medicamentos del extranjero para surtir el sector salud mexicano.