Por: José Antonio Chávez
El líder del Senado, Ricardo Monreal si bien está dentro de las simpatías del Presidente López Obrador como la cuarta corcholata, esa preferencia no lo convence de participar en la recta final por encuesta para conocer a quien le favorece la candidatura.
Ese mecanismo lo ha reprobado todo el tiempo, no está de acuerdo porque para nadie es secreto que es una estrategia para favorecer una imposición.
En días pasados le comenté que la salida de Ricardo Mejía de la subsecretaría de Seguridad Pública Federal del gobierno de López Obrador, fue precisamente porque denunció que las encuestas para la candidatura de Coahuila no le favorecieron porque fueron cuchareadas para cargarse al senador Armando Guadiana.
Denunció incluso a Mario Delgado, como líder de Morena de realizar prácticas de corrupción para favorecer, por no decir vender las candidaturas a su antojo.
Monreal ha sido el aspirante incomodo del partido porque no los han podio someter como al resto de corcholatas. Se ha revelado y no se agacha a pesar de la guerra sucia en su contra con fuego amigo.
Si bien el Presidente se ha pronunciado por el método de encuestas para designar a las candidaturas, también es cierto que ese mecanismo ha dado como resultado inconformidad de una parte de la militancia.
Desde luego que ha registrado pérdidas en los activos y en el propio musculo político, hay inconformidad que llevó en el 2021 la merma de 50 diputados federales que les eliminó a Morena seguir con la mayoría absoluta.
Muchas de candidaturs han sido designadas con la encuesta que en ocasiones nadie conoce, la dirigencia nacional cumple con salir anunciar el ganador y se acabó.
Por eso ahí está el más reciente caso de Ricardo Mejía de renunciar para gritar a los cuatro vientos que hubo fraude de la encuesta y qu no la aceptaría. Por eso se fue y hoy competirá por el PT aunque no se sabe si será una garantía que pueda ganar. Hoy Monreal simplemente refrenda su dicho desde el principio: con encuesta no juego.
Acusa AMLO a INE: quieren tirar plan B
El Presidente López Obrador no perdona que en el INE de Lorenzo Córdova siga queriendo frenar su ley electoral secundaria conocido como el Plan B.
Los acusó, ahora que son ellos los que quieren frenar la democracia y poner, en consecuencia en riesgo las elecciones, que no es el Presidente sino ellos.
López Obrador no le ha salido como esperaba el avance de las reformas para transformar el INE, primero porque el PRI de Alejandro Moreno “Alito le negó los votos que había en Palacio Nacional gritado a los cuatro vientos que había asegurado para aprobarla.
Y dos, al no obtener su aprobación por la falta de votos en la Cámara de Diputados, decidió implementar una ley secundaria como plan B que ahora está sufriendo una serie de demandas que la pueden tirar.
Los panistas de Marko Cortés interpusieron el recuso de inconstitucionalidad en la Suprema Corte de Justicia de la Nación de la ministra presidenta, Norma Piña, lo secundaron el PRI de Alito y el PRD de Jesús Zambrano.
Posteriormente el presidente de la Cámara de Diputados, el presidencial Santiago Creel anunció que también lo harían las fracciones opositoras de interponer ese recurso de inconstitucionalidad.
Ahora el INE de Lorenzo Córdova se sumó a ese bloque para evitar que les llegue ese plan B que consideran les afectará para la realización de las próximas elecciones.
El Presidente les reprochó que por su cumpla no se disminuyeron 220 diputaciones plurinominales y 32 senadores del mismo corte.