Ayer terminó, a las seis de la mañana, la sesión del Senado de la república para votar por la reforma de la Guardia Nacional que le permitiría, ahora pasar a la Secretaría de la Defensa Nacional.
Su presidente, Gerardo Fernández Noroña dio fe de su aprobación y de inmediato los 24 estados con Congresos morenistas la esperaban para aprobarla antes del viernes y la pueda promulgar López Obrador el domingo.
Y otra vez, el voto que definió que Morena lograra su aprobación con los dos tercios de los 128 que integran la Cámara Alta, fue el ex panista, Miguel Angel Yunes.
Yunes completó los 86 votos que necesitaba Morena y sus aliados para aprobar esa reforma, fue la misma estrategia en la que se votaron por la anterior reforma al Poder Judicial.
Morena solo mantenía 85 votos y de última hora compró la conciencia de Yunes, bajo amenazas o bajo conveniencia, como le quiera llamar, para asegurar el voto que les faltaba. La operación, basta recordar la hizo el tabasqueños y mandamás de la Cámara Alta, Adán Augusto.
La importancia de ese voto, para que se de una idea de la magnitud que representa, es que, simplemente, esas reformas del Presidente López Obrador no hubieran pasado.
Le cuento porque, el PRI de Alejandro Moreno “Alito” registra 15 senadores, el PAN de Marko Cortés, 21, MC de Clemente Castañeda, 5, y si no hubiera sido Judas Yunes, sumarían los 43 votos que frenarían los dos tercios del partido oficial que contaba con 85 votos. Sin Yunes no hubieran ganado, esa es la importancia.
Desde luego que los más destrozados moralmente por la partida de Yunes a Morena, son los panistas, su coordinadora, Guadalupe Munguía ha pasado malos tragos por esa mala imagen de no haber detectado a tiempo esa traición.
Pasa los mismo con Movimiento Ciudadano de Clemente Castañeda que no sabe que hacer con esa imagen de traicionero que jugó su quinto elemento, el senador por Campeche, Daniel Barreda que se ausentó, con toda la intención arreglada con don Adán, el día de votación, para evitar su voto en contra de la reforma al Poder Judicial. Que fue a rescatar a su papá que sería consignado en su estado por órdenes de la gobernadora, Layda Sansores.
Con esa acción asegurarían, en caso que Yunes se les rajara de última hora que pudieran aprobar esa reforma.
Y en el PRI que panistas y naranjas apostaban que de ahí saldría los votos de Judas, resultó que Alito, considerado el más malo, resultó ser el bueno, fueron sus únicos 15 senadores priistas los que votaron en contra, tanto en la reforma al Poder Judicial como en esta Guardia Nacional.
Los panistas se quejaron que Yunes ya se haya integrado a la bancada de Morena, pues le signaron una secretaría de Comisión.
Ahora en ese escenario, el ex Presidencial, Ricardo Anaya sin duda observa un panorama para Morena de no tener contrapesos, pues con la traición de Yunes, al sumarse al partido oficial, aseguran los votos para las futuras reformas.
Ricardo Anaya dejó atrás el escenario de perseguido por esta administración y paso a ser, hoy un panista con ganas de repuntar para sumarse a la lista de Presidenciales con Alito, Colosio, Monreal, Adán y el que designe Sheinbaum, Omar o Omar. Obviamente el oficial Andy López, el hijo del Presidente.
IFIGENCIA LISTA PARA PONER LA BANDA PRESIDENCIAL
La presidenta de la Cámara de Diputados, Ifigencia Martínez le esta metiendo duro al entrenamiento para poner la banda Presidencial, sin tener la mínima falla, el martes primero de octubre a Claudia Sheinbaum, en la toma de protesta en San Lázaro.
Ifigencia, es un personaje con muchas tablas en la tarea legislativa, ha recorrido caminos pantanosos que hoy se han convertido en pavimentados, quiere despedirse como los grandes políticos coronando como Presidenta Constitucional a Sheinbaum. Su etapa, final, está por cristalizarse, vamos a ver la cara que pondrá cuando logre su objetivo ahí está Porfirio Muñoz Ledo que hizo lo propio, igual con su compañero de lucha, Andrés Manuel López Obrador en el 2018, un Presidente que este lunes concluye su mandato.
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