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Muestra estabilidad el peso mexicano frente al dólar

Foto Especial recuperada de Image Bank
Tiempo de lectura: 2 minutos

El peso mexicano ha mostrado estabilidad en los últimos días, cotizando dentro de un rango relativamente estrecho frente al dólar estadounidense.

Esta conducta refleja la cautela de los inversionistas, quienes se mantienen a la espera de datos macroeconómicos clave que podrían modificar la percepción de riesgo y, en consecuencia, el rumbo de las principales monedas de mercados emergentes. En particular, los ojos del mercado están puestos en los datos de inflación medidos por el Índice de Gastos de Consumo Personal (PCE) de Estados Unidos. La dirección de la inflación en Estados Unidos determinará en parte el tono que la Reserva Federal mantendrá con respecto a su política monetaria, lo cual impactará al dólar.


Otro dato crucial provendrá de la revisión del Producto Interno Bruto (PIB) de Estados Unidos, que se publicará el jueves, justo después de indicadores económicos débiles en ese país. El contraste entre los PMIs mixtos y la disminución en la confianza del consumidor siembra dudas relativas sobre la fortaleza del crecimiento estadounidense. De confirmarse una ralentización más evidente, es probable que la aversión al riesgo incremente, impactando a divisas emergentes como el peso.


En el frente doméstico, la Inflación en México sigue siendo un factor determinante. El Índice de Precios al Consumidor (IPC) subió a 3.74% en la primera quincena de febrero, mientras que la inflación subyacente avanzó a 3.63% anual. Estos datos, aunque moderados, podrían impactar los planes de recortes de tasas de interés por parte del Banco de México, pues la autoridad monetaria buscará proteger la estabilidad de precios. Un entorno de tasas relativamente elevadas podría resultar atractivo para el flujo de capitales, generando un soporte adicional para la moneda local.


Asimismo, el mercado laboral mexicano se mantiene en la mira de los inversionistas. Un segmento laboral sólido tiende a apuntalar la confianza en el crecimiento interno y, por ende, en el peso. Por el contrario, cualquier señal de debilidad en la creación de empleo o en los salarios podría aumentar la presión vendedora sobre la moneda.


Ante este panorama, se espera que el peso mexicano continúe operando con relativa estabilidad hasta que se definan los próximos movimientos de la política monetaria de la Reserva Federal y de Banxico. Un equilibrio entre la cautela de los inversionistas y la resiliencia de la economía local podría prolongar el buen desempeño del peso.

  • Análisis de Quásar Elizundia, Estratega de Investigación de Mercados- Pepperstone

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