Ismael “El Mayo” Zambada, cofundador y líder histórico del Cártel de Sinaloa, aceptó este lunes su culpabilidad ante un tribunal federal de Brooklyn, Nueva York. Los cargos admitidos incluyen empresa criminal continua y conspiración para operar una organización delictiva bajo la ley RICO.
El juez Brian Cogan, quien presidió la audiencia, programó la sentencia para el 13 de enero de 2026. Zambada, de 77 años, fue capturado en julio de 2024 en Nuevo México tras viajar en un avión privado junto a Joaquín Guzmán López, hijo de “El Chapo”.
Acuerdo clave: evita la pena máxima
Su declaración de culpabilidad forma parte de un acuerdo con la Fiscalía de EE.UU., que excluyó la pena de muerte a cambio de reconocer los cargos más graves. Zambada también se comprometió a pagar una multa de 15,000 millones de dólares, admitiendo su participación en el tráfico de drogas desde 1969 y el pago de sobornos a autoridades mexicanas.
Conflicto interno: traición y violencia
Zambada afirmó haber sido secuestrado en México por Guzmán López y trasladado forzosamente a EE.UU. Este incidente desencadenó una guerra interna entre facciones del cártel: los leales a Zambada y los seguidores de los “Chapitos”.
La ola de violencia resultante ha dejado decenas de víctimas en Sinaloa y afectado severamente la economía local. El entonces presidente Andrés Manuel López Obrador atribuyó la escalada del conflicto a acciones impulsadas desde Washington.
¿Qué sigue para el cártel?
Aunque Zambada no fue juzgado por delitos como narcotráfico, homicidio o lavado de dinero, su confesión representa un momento histórico para el crimen organizado en México. Expertos sugieren que podría colaborar con autoridades estadounidenses, generando inquietud en círculos políticos mexicanos por posibles revelaciones que involucren a funcionarios de alto nivel.
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