El peso mexicano podría seguir bajo presión frente al dólar estadounidense, debido a los malos datos del sector automovilístico, vital para el país.
Sin embargo, la moneda se mantuvo dentro de un estrecho rango de consolidación, ya que los inversores esperan el informe sobre la inflación del jueves para obtener más pistas sobre la política monetaria.
La producción automovilística de México cayó un 6,1 % interanual en septiembre, lo que supuso una fuerte contracción que arrastró la cifra acumulada de enero a septiembre a un ligero descenso del 0,3 %. Las exportaciones también bajaron un 0,3 % en el mismo periodo. Dada la importancia del sector para el empleo, la producción industrial y el comercio, las débiles cifras añadieron presión a la baja sobre el peso tras el descenso de ayer de la confianza de los consumidores.
Paralelamente, resurgen las preocupaciones sobre la próxima revisión del T-MEC en 2026. Los responsables del sector advierten de que unas normas de origen más estrictas y las posibles restricciones a las piezas de automóvil asiáticas podrían tensar las cadenas de suministro norteamericanas y afectar a la calidad de la producción. El sector ya depende en gran medida de componentes no regionales, y cualquier cambio en la política podría plantear retos a los fabricantes de automóviles que operan en México.
De cara al futuro, los inversores centran su atención en los datos de inflación de mediados de mes de México, que se publicarán el jueves. Una cifra en línea con las expectativas (0,27 %) podría llevar a los mercados a esperar que Banxico mantenga los tipos sin cambios en noviembre. Este resultado podría ofrecer un apoyo a corto plazo al peso..”
- Análisis de Felipe Barragán, Estratega de Investigación de Mercados- Pepperstone






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