Los gobiernos alrededor del mundo han comenzado a definir estrategias de arquitectura empresarial y a trazar las rutas a la digitalización. Para apoyar estas iniciativas, Cisco en Latinoamérica en colaboración con el ecosistema de socios de negocio (partners) se ha comprometido a transformar a las comunidades con el objetivo de establecer sólidas rutas de progreso en la región.
Para identificar cuáles son los retos y acelerar los procesos al interior de los gobiernos es necesario llevar a cabo un análisis desde un punto de vista global, mapear los macro procesos, los subprocesos, las tareas y actividades cotidianas para desarrollar una arquitectura de procesos digitales cumplan con los objetivos de entregar servicios digitales a la ciudadanía y mejorar la movilidad, salud, justicia, seguridad pública y educación, entre otros. A través de este análisis se puede determinar cuál de estos aspectos ya está digitalizado y cuál debería de ser prioridad a corto, medio y largo plazo considerando su impacto en las entidades gubernamentales y los ciudadanos.
Un enfoque disciplinado de Arquitectura ayuda a encontrar el camino hacia la digitalización de una manera armónica integrando los procesos, las habilidades de la gente, los datos, la normatividad y la ley, con la tecnología. A pesar de la gran diversidad de enfoques y necesidades en América Latina, y desde el punto de vista del impacto de la tecnología en la vida de la población, el ciudadano latinoamericano ya comienza a recibir servicios de gobierno de manera más ágil, transparente, eficaz y segura, de lo cual existen varios ejemplos, de los cuales podemos citar los siguientes:
Servicios de Gobierno: En México la factura electrónica permite, por un lado, establecer mecanismos confiables de tributación y deducción al contribuyente y por otro lado certeza y asertividad en la fiscalización a la autoridad.
Justicia y Legislación: Los procesos de legislación y procuración de justicia son críticos para el desarrollo y la búsqueda de progreso en los países latinoamericanos. Estos procesos son digitalizables en amplios tramos y tecnologías de cómputo, analítica, colaboración y aceleración de procesos que cambian dramáticamente el desempeño de los órganos de justicia y de creación de leyes. El caso del Senado de la República en México ilustra cómo la tecnología mejora su efectividad y comunicación con los ciudadanos.
Salud: Tecnologías de colaboración, de red de alto desempeño y de Internet de las Cosas (IoT) permiten democratizar el acceso a salud de calidad, generando espacios virtuales para poner en contacto de manera eficiente a un paciente y a un especialista. Vea el ejemplo del Instituto Zaldivar.
Educación: Uruguay ha conectado más de 1,300 escuelas públicas en un modelo innovador de aprendizaje. Hoy en día las clases de inglés se toman desde terminales de video con profesores en Uruguay, Argentina, Estados Unidos, Reino Unido y Filipinas.
Seguridad Pública: Una arquitectura de seguridad pública tiene dos componentes tecnológicos que hacen la vida de los ciudadanos más segura. El reactivo permite utilizar una estrategia de colaboración para enviar alertas en casos de emergencia y coordinar a las autoridades y servicios de emergencia. El proactivo se refiere al tratamiento de grandes volúmenes de información asociada y utilizar la inteligencia para la prevención de delitos.
Movilidad: El uso de sensores y analíticos en el contexto de ciudades inteligentes es interesante y una vertical creciente en la industria. Las soluciones inteligentes de transporte, alumbrado público, manejo de desechos, medio ambiente y estacionamiento son ejemplos tangibles de subsistemas automatizables.
En consecuencia la tecnología funciona como un poderoso agente al ofrecer mecanismos eficientes de cercanía al ciudadano sobre todo en la entrega de servicios públicos y acceso a la información de servicios del gobierno; habilita inclusión efectiva en verticales críticas como salud, educación, desarrollo social y justicia, por lo que es una sólida alternativa para crear plataformas que permitan a los gobiernos operar de forma más inteligente, asertiva y predictiva con la creación de nubes de gobierno, el uso de certificados digitales que garanticen la transparencia del uso de los recursos, y la implementación de estrategias de colaboración interna y externa, entre muchos otros.