Rogelio Varela-
En lo que va del año el oro registra un alza de 36 por ciento, mientras que la plata ha saltado 61 por ciento.
Fiebre del oro, y de la plata.
Por estos días los inversionistas han visto con sorpresa el alza de los metales preciosos.
Esta semana el oro alcanzó un nuevo máximo histórico y cotiza en 2,066 dólares, mientras que la onza de plata ya está en 29 dólares.
En el año el precio del oro ha escalado 36 por ciento, en tanto que el salto de la plata es de 61 por ciento porque son inversiones refugio y la crisis del COVID-19 ha rebasado todas las previsiones.
La subida de ambos metales se ha acentuado en los últimos dos meses, y se explica a varios factores: las dudas de una recuperación rápida de la economía global ante los rebrotes de coronavirus y un dólar que se debilita frente a otras monedas porque la FED ha llevado sus tasas de interés cerca de cero.
Todo indica que la debilidad del billete verde seguirá porque Donald Trump busca un nuevo paquete de apoyo a familias y pequeñas empresas que significa más dólares en circulación, la gasolina para la inflación.
Añada las tensiones crecientes entre Estados Unidos y China que podrían subir de tono después de las elecciones de noviembre al otro lado del rio Bravo.
Para México el alza de los metales es una buena noticia para nuestra industria minera, porque son productores relevantes de oro y la plata como Peñoles, Fresnillo y Frisco entre otras.
El oro es refugio natural cuando hay miedo y además de la compra de monedas como el Centenario que cotiza en 60 mil pesos, existen instrumentos modernos de inversión en la Bolsa Mexicana de Valores y la Bolsa Institucional de Valores como los ETFs que replican el desempeño de los metales, amen que se pueden comprar acciones de empresas mineras nacionales y extranjeras.
En el caso de la plata su máximo histórico alcanzado en 2011 es de 49 dólares, y además de ser metal refugio su brillo podría ser mayor por su uso industrial, simplemente piense en el boom que viene con la producción de autos eléctricos, de ahí que los expertos anticipan una subida más violenta en los próximos años.
La ruta del dinero
El presidente Andrés Manuel López Obrador y la jefa de gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum Pardo están decididos a terminar con la construcción del Tren México-Toluca en dos años. Como le adelante, el responsable será el gobierno capitalino a través de la Secretaría de Obras y Servicios de la CDMX, que lleva Jesús Esteva, en coordinación con la Secretaría de Comunicaciones y Transportes de Jorge Arganis, quien, por cierto, realizó un recorrido por la obra el fin de semana pasado. Grupo Caabsa de los hermanos Luis y Mauricio Amodio se declararon listos para reiniciar los trabajos en el tramo 3, tan pronto como se levante la actual suspensión temporal de la obra. Aunque actualmente la obra tiene 58 por ciento de avance, la constructora tiene fabricadas en Texcoco y Guadalajara estructuras metálicas para los puentes y estaciones que incluye el proyecto. Si todo continúa como hasta ahora en los siguientes días reiniciará de formalmente una obra que reducirá el tránsito de 25 mil vehículos entre el poniente de la CDMX y Toluca, con un recorrido total de 39 minutos.