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Corporativo

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Rogelio Varela-

Falta de empleo e inflación se colocan como las preocupaciones económicas de las familias  a la mitad del gobierno de López Obrador.

Optimismo económico 

Uno de los mensajes del Tercer Informe de Gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador es que en lo económico las cosas marchan bien. 

A decir de las cifras de remesas, inversión extranjera, estabilidad del peso y el indicador líder de la Bolsa Mexicana de Valores efectivamente existen cifras positivas reflejo de una economía que crecerá este año alrededor de 6 por ciento, y que ha permitido de paso recuperar buena parte de los empleos perdidos durante la crisis sanitaria. 

Sin embargo, como muchos aspectos de la economía todo es relativo, y esos indicadores si bien favorables no hacen a un lado las dificultades de familias y empresas. 

Si usted tiene algún miembro de la familia sin empleo sabe a lo que me refiero, también se revisa los precios de lo que gastaba en la compra el año pasado será parte de los mexicanos que repiten la frase “no me alcanza”. 

La falta de empleo es reflejo de una economía que lleva cinco años al hilo con caídas en la inversión fija bruta, lo que quiere decir que ni el gobierno ni los particulares están invirtiendo en sus negocios ó en mayor gasto público, esto último a partir de una austeridad franciscana que ha comprometido muchas de las funciones del gobierno. 

A decir de la SHCP hasta julio el balance fiscal arrojó un superávit primario de 132 mil 900 millones de pesos que indica el control férreo del gasto y la inversión pese a la gravedad de la crisis. 

El otro indicador que refleja los apremios económicos de los mexicanos es la inflación, que a decir de los más recientes estimados del Banco de México que tiene como gobernador a Alejandro Díaz de León este año rondará el 5.7 por ciento y no bajará a loa niveles deseados por el banco central hasta 2023. 

La inflación es el impuesto de los pobres y se explica en buena medida por los impactos de combustibles más caros que han crecido más allá del compromiso del presidente López Obrador de ajustarlos según la inflación, pero también porque alimentos, medicinas y algunos servicios se han disparado con la pandemia. 

Como le digo, cuando hablamos de cifras económicas todo puede ser relativo, y no obstante que el gasto del gobierno ha elevado los apoyos sociales como becas y ayudas a los adultos mayores esos ingresos no han podido paliar los impactos de una crisis económica que todavía haces unos meses el propio Presidente de la República decía que le había caído “como anillo al dedo” al gobierno de la 4T.    

La ruta del dinero 

Nada que como balde agua helada cayó en el sector agropecuario la NOM-001-Semarnat-1996 que establece límites máximos permisibles de contaminantes en las descargas residuales de aguas y bienes nacionales. A decir del Consejo Nacional Agropecuario (CNA) que preside Juan Cortina Gallardo no hubo dialogo con la autoridad federal, y la medida impactará en la operación de plantas de tratamiento de aguas residuales en varias partes del país con el impacto que eso puede tener en los costos para producir alimentos.