Después de Portugal, España es el país que padece el mayor riesgo en caso de que la Unión Europea (UE) no consiga que la solución del Mecanismo Europeo de Estabilidad alcance el volumen suficiente. Hasta el momento, es muy probable que se pase de los 500,000 millones de euros a los 750,000, con el clásico compromiso de Alemania, del 30 de marzo. Sin embargo, esta cifra aún es insuficiente.
El problema que tiene España se reduce a la ley de los multiplicadores fiscales. Los economistas suelen aplicar, de acuerdo a sus estimaciones, un impacto del 0.5 x por cada 1% de austeridad fiscal. Es decir, cada ajuste del 1% de los tipos fiscales, arrojaría un -0.5 del PIB.
Está más que demostrado que en los países con problemas económicos estructurales como España, que arrastra un alto nivel de desempleo, elevados costos del sector público y un sistema bancario deficiente, el multiplicador puede ser de un 1, 1.5 o, incluso, un 2.0. Esto significa que la necesidad de España de aplicar nuevas medidas de ahorro del 0.5 podría ocasionar una contracción de entre un -1% y un -1.5% del PIB, lo que implicaría entrar en un círculo vicioso de aumento del desempleo, aumento de los déficits fiscales y, por último, un crecimiento inferior.
Como lo he mencionado en ocasiones anteriores, hace 25 años que no juego fútbol y es más probable que yo acabe jugando en la selección nacional de Dinamarca, a que España reduzca su déficit hasta el 3% del PIB. España se verá obligada a apostar por el ahorro. Todo parece “manejable”, pero no lo es. El país ibérico es la Grecia del mañana. Los 1.8 millones de españoles que en la actualidad viven con sólo 400 euros al mes tienen diversos inconvenientes en su camino.
Las repercusiones provenientes de la UE serán escasas: el incumplimiento de las políticas europeas es la norma generalizada y no la excepción, si bien las reglas del mercado son una cuestión distinta.
En la actualidad, el mercado intenta nadar en dinero barato como consecuencia de la operación de refinanciación a largo plazo (LTRO, por sus siglas en inglés). Sin embargo, la realidad del desplome económico que se está viviendo podría atrapar al mercado tras las elecciones francesas y/o la Oferta Pública Inicial (IPO, por sus siglas en inglés) de Facebook, donde el mercado tiene un enorme interés en alcanzar el éxito.