Los seguros contra riesgos catastróficos como terremotos y huracanes gozan de alto potencial en México.
Las aseguradoras llaman a ese tipo de eventos actos de Dios, porque a pesar que la ciencia y la tecnología han avanzado mucho, el hombre no puede predecir el alcance de esos fenómenos naturales.
Quizá el ejemplo más claro de lo que le comento se dio el año pasado en Japón cuando la nucleoeléctrica de la empresa TEPCO en Fukushima pudo soportar un terremoto, pero jamás pensó que un tsunami que sobrevino después iba a crear una ola de 30 metros de altura con una velocidad de 600 kilómetros por hora que rompió la muralla que protegía dicha planta. El resto de la historia usted la sabe.
Para México la eventualidad de ese tipo de riesgos se presentó la semana pasado con un temblor por arriba de los 7 grados Richter que revivió la importancia de estar protegidos ante esas contingencias, y que va más allá de las reglamentaciones en materia de construcción.
Una empresa que tiene varios años en el diseño de pólizas a la medida para riesgos catastróficos es Marsh Brockman, el agente de seguros y fianzas que dirige aquí Alberto Ballesteros.
Marsh Brockman estima que el año pasado a nivel mundial el pago de daños por catástrofes naturales habría alcanzado 100 mil millones de dólares cuando en 2010 esa cifra llegó a 30 mil millones de dólares.
Como imaginará ese impacto económico si bien no implicó ninguna quiebra para las aseguradoras si esta impactando en 2012 los precios de esas primas que reportan una subida cercana al 10 por ciento con relación a las tarifas de 2011.
Ballesteros considera que tanto el terremoto que sacudió a la ciudad de México en 1985 y el huracán Wilma en 2005 por su violencia han permitido que gobierno y empresas sean más concientes de la necesidad de invertir en pólizas de daños de gran magnitud, aunque vislumbra que el mercado azteca aún goza de gran potencial.
Concretamente Marsh Brockman considera que un mercado que sigue con baja penetración son los seguros de daños para casas habitación donde AMIS estima que apenas el 5 por ciento de las casas tienen una póliza de ese tipo, en buena medida por la presión de los bancos que obligan a los acreditados a comprar un seguro de ese tipo.
Como sea, este año se considera que será bueno para las aseguradoras que ofrecen pólizas contra daños, algo en el que seguramente contribuirá el temblor de la semana pasada en las costas de Guerrero.